Guerra en Ucrania
Autonomía para el este con condiciones
El proceso de paz en el este de Ucrania avanza titubeante y con retraso sobre el calendario previsto en Minsk. Dado que en líneas generales se respeta el alto el fuego y la retirada de armamento pesado está ya muy avanzada, ha llegado la hora de empezar a implementar los aspectos políticos del protocolo. El primero en mover ficha ha sido el Gobierno ucraniano, con la aprobación ayer de una ley que concede estatus autonómico especial durante tres años a las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Lugansk. La propuesta de ley fue presentada al Parlamento por el presidente Petro Poroshenko el pasado fin de semana y sometida ayer a votación, en la que obtuvo el respaldo de 265 de los 451 diputados de la Rada Surprema.
El texto, que define las regiones bajo control separatista como «territorio temporalmente ocupado», es casi idéntico al aprobado en septiembre tras la primera Cumbre de Minsk y posteriormente retirado cuando se retomaron las hostilidades. Como condición para recibir la autonomía, las zonas prorrusas deben celebrar elecciones locales, según la legislación ucraniana y los estándares democráticos internacionales, y con la presencia de observadores del Consejo de Europa y de la OSCE. Un punto que ya incluía el protocolo inicial y que las milicias incumplieron celebrando unilateralmente unos comicios el 2 de noviembre. Aquellas elecciones marcaron el comienzo del fracaso de los acuerdos de septiembre y crearon el mayor desencuentro hasta la fecha entre Moscú y las milicias.
Con la aprobación ayer de la ley sobre el status especial, la pelota del proceso de paz está ahora en el tejado de los separatistas, si bien su primera reacción fue rechazar la norma, por condicionar la concesión del autogobierno a la celebración de elecciones. «Las enmiendas diluyen por completo el contenido sobre el estatus especial y posponen su introducción indefinidamente, en una flagrante violación de los acuerdos con la que Kiev socava el proceso de paz», denunció Denis Pushilin, representante de Donetsk. Desde Moscú, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, fue trambién crítico con Kiev. «Es un brusco retroceso de los acuerdos de Minsk, de toda la concepción acuñada el 12 de febrero y que contempla consensuar todos los pasos con los líderes del sureste», aseguró Lavrov.
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