Unión Europea

Ayuda millonaria a Bulgaria para controlar sus fronteras

Donald Tusk y Jean-Claude Juncker, ayer, en Bratislava
Donald Tusk y Jean-Claude Juncker, ayer, en Bratislavalarazon

La Unión Europea (UE) ha decidido conceder a Bulgaria 108 millones de euros en calidad de fondos de emergencia para que pueda proteger sus fronteras contra el flujo cada vez más grande de inmigrantes ilegales y solicitantes de asilo que están llegando al país, anunció ayer Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea. Este anuncio representa la única medida concreta adoptada por el club comunitario en la cumbre informal de Bratislava, en Eslovaquia.

Bulgaria dice que los flujos migratorios en su territorio han ido en aumento desde junio. «Bulgaria se está enfrentando a un problema muy serio. Esto no tiene que interpretarse como un problema primordial para Bulgaria, sino del conjunto de la Unión Europea», declaró Juncker a los periodistas en Bratislava. El presidente de la Comisión Europea añadió que puede que, durante las próximas semanas, se aumente el apoyo financiero a los 160 millones de euros, tal y como ha pedido el primer ministro búlgaro, Boiko Borisov.

Mientras en Bratislava se aprobaba este paquete de ayudas a un país miembro, en París se daba un nuevo portazo a los refugiados. La Policía francesa se vio obligada ayer a desplegar un importante dispositivo para poder desalojar a más de 2.000 inmigrantes, algunos de ellos mujeres y niños, de un campamento ilegal que habían instalado en la estación de Stalingrad. El mismo campamento ya había sido desalojado en varias ocasiones durante este año, la última vez el pasado 17 de agosto.

La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, presentó este lunes unas antiguas instalaciones ferroviarias en el límite norte de París que se están reconvirtiendo para que, desde mediados de octubre, puedan funcionar como centro de acogida, con 400 plazas para hombres. El Gobierno francés está buscando miles de plazas en centros de acogida repartidos por todo el país para desatascar la situación en Calais y París. Reuters