Política

Bruselas

Bélgica: un país, tres reinas

Tanto Fabiola como Paola mantienen su estatus. La esposa de Alberto II y Matilde se emocionaron y no pudieron evitar las lágrimas durante la ceremonia

En primera línea: Fabiola y Paola flanquean a la nueva reina de Bélgica, Matilde, ayer durante la ceremonia de abdicación
En primera línea: Fabiola y Paola flanquean a la nueva reina de Bélgica, Matilde, ayer durante la ceremonia de abdicaciónlarazon

Con la coronación de Felipe en Bélgica se produce una curiosa situación para una monarquía. Desde ayer, son tres las mujeres que ostentan el cargo de reina con plenos derechos. El reino de Bélgica tiene tres reinas, pues tanto Doña Fabiola como Paola mantienen el título. De origen español, la primera en llegar a reina fue Fabiola de Mora y Aragón al casarse en 1960 con el rey Balduino. Nacida en Madrid en 1928, empezó trabajando como enfermera en un hospital en la capital española. En Bélgica se ha interesado principalmente por los asuntos sociales y culturales. Fabiola logró meterse a los belgas en el bolsillo al hablar perfectamente tanto francés (idioma de los valones) como el dialecto del neerlandés que utilizan los flamencos, así como alemán e italiano. Tras la muerte de la reina Isabel, viuda de Alberto I, y de la de su marido Balduino, ha presidido las dos fundaciones benéficas de ambos monarcas. Sin embargo, sus últimos años se han visto empañados por los escándalos de evasión fiscal. Su cuñada Paola asumió el reinado de Bélgica junto a su marido Alberto II en 1993. Fabiola y Balduino no tuvieron descendencia y la abrupta muerte del entonces rey hizo que se convirtieran en los reyes de Bélgica. Paola nació en 1937 en Forte del Marmi, Italia. Los biógrafos aseguran que Paola, que era tachada por los belgas de irresponsable, cambió completamente cuando asumió el trono. La pareja, que se había casado en 1959, se convirtió, gracias al estilo y belleza de Paola, en portada diaria de las revistas del corazón. Paola tenía estatus de estrella de cine, algo que chocaba con la conservadora sociedad de la época. No le importaba que la retratasen fumando o que el cantante belga-italiano la apodase «la dolce Paola» en una de sus canciones. Los rumores alrededor de la pareja no han dejado de sucederse. Las crisis matrimoniales salpican tanto a la prensa seria como a la más morbosa. Incluso Delphine Boel ha pedido a la Justicia una prueba de ADN para demostrar que es la hija ilegítima de Alberto II.

Ayer Paola se mostró muy emocionada y al igual que Matilde, la nueva reina, no pudo contener las lágrimas. La consorte de Felipe llega a reina con un sobresaliente como princesa. Es el miembro de la familia real belga más popular «por su facilidad de trato con la gente, su bondad y capacidad de trabajo», dice Brigitte Balfoort, su biógrafa oficial. Nacida en 1973 en el seno de una familia aristócrata, los condes Udekem d'Acoz, se crió en un barrio de clase media alta de Bruselas. Estudió psicología y ejerció como logopeda antes de casarse con el heredero en 1999. Aunque no ha sido todo un camino de rosas para la reina. Su familia se arruinó, su hermana pequeña Alix falleció con 22 años en un accidente de tráfico y además se ha enfrentado a los rumores de que su marido mantuvo una relación con un hombre y su matrimonio era una «cuestión de Estado». A diferencia de sus antecesoras, Matilde es la primera reina belga oriunda de Bélgica.

Isabel, llamada a seguir la saga

El actual rey Felipe, tiene cuatro hijos con Matilde. La mayor, y ahora la princesa heredera, es Isabel, de 11 años, otra fémina llamada a continuar la saga de mujeres reinas en Bélgica. Aunque ella sería la primera en ser jefa del Estado, pues en 1991 se abolió la ley sálica belga.