Historia

Nueva Delhi

Bhopal recuerda que sigue sufriendo las secuelas del desastre 30 años después

Un cartel recoge fotografías de fallecidos por el desastre de Bhopal en el departamento forense en el hospital
Un cartel recoge fotografías de fallecidos por el desastre de Bhopal en el departamento forense en el hospitallarazon

Las víctimas del mayor desastre industrial de la historia recordaron hoy en la ciudad india de Bhopal, en el treinta aniversario de la tragedia, que las secuelas del escape de gas siguen dejando miles de afectados tres décadas después y que aún esperan justicia.

"Queremos justicia", clamaban con pancartas en inglés y en hindi las miles de personas que asistieron hoy a la concentración convocada por las asociaciones de víctimas, junto a fotos como la de un niño muerto que hace treinta años dio la vuelta al mundo y se convirtió en uno de los iconos de su denuncia.

"Había mucha gente, pero más que el número, lo importante es que no se olvide lo que pasó", dijo a Efe el activista Sati Nath Sarangi, del Grupo para la Información y la Acción en Bhopal.

Con este propósito de mantener viva la memoria de lo ocurrido en la madrugada del 2 al 3 de diciembre de 1984, tras la concentración un museo abrió sus puertas junto a la fábrica de pesticidas abandonada de la que salió aquella noche el escape de gas tóxico que el viento esparció por las barriadas de chabolas.

"Es un museo con testimonios orales de los supervivientes y con objetos de los que murieron, el primero de este tipo en la India, puesto en marcha por las propias víctimas y por activistas, sin fondos institucionales", explicó a Efe una de sus impulsoras, Shalini Sharma.

Los restos de la fábrica, a la que se puede acceder pese a que sigue contaminada, fueron el escenario junto al que se celebró por la noche una vigilia con velas y en el que mañana está convocada una manifestación.

Hace 30 años, la filial india de Union Carbide construida dentro de la ciudad, capital del estado central de Madhya Pradesh, dejó escapar 42 toneladas de isocianato de metilo, lo que causó la muerte de 5.295 personas ese día y en años sucesivos, según la última cifra revisada en 2010 por el Gobierno indio.

Las asociaciones de víctimas elevan a 22.917 la cifra de muertos, además de que 33.781 personas sufrieron lesiones de gravedad y 508.432 han ido padeciendo desde entonces distintas secuelas.

El centro de rehabilitación infantil de la organización Chingari Trust atiende a unos 700 niños con estas secuelas "por el consumo de agua contaminada o por transmisión genética de los padres", relató a Efe su administrador, Tarun Thomas.

Los niños reciben clases de logopedia o sesiones de fisioterapia y algunos que "entraron a gatas, salieron caminando", afirmó orgulloso Thomas.

El relator especial de la ONU sobre sustancias tóxicas, Baskut Tuncak, en un comunicado, advirtió de que "todos los días nacen nuevas víctimas del desastre, que sufren de por vida problemas de salud".

Instituciones como Sambhavna, que atiende en sus clínicas de manera gratuita a unas 30.000 afectados, criticaron el "patético"tratamiento que reciben las víctimas en los hospitales públicos.

La activista Rachna Dhingra explicó a Efe que las cinco asociaciones de víctimas han publicado una lista de reivindicaciones dirigida al primer ministro indio, Narendra Modi, que incluyen que Union Carbide aumente las indemnizaciones y limpie las 350 toneladas de residuos que quedan en la fábrica tres décadas después.

El Gobierno indio anunció hace dos semanas que revisará el incremento de las indemnizaciones a los afectados y hará un nuevo recuento de las víctimas.

Las autoridades indias exigen a Dow Chemical, propietaria en la actualidad de Union Carbide, otros 1.200 millones de dólares, mientras que las víctimas piden 8.100 millones.

Union Carbide y el Gobierno del país asiático, que asumió la representación de las víctimas, cerraron en 1989 un acuerdo extrajudicial por el que la empresa pagó 470 millones de dólares.

En el ámbito penal, en 2010 fueron condenados a dos años de cárcel ocho responsables indios de la planta, acusados de muerte por negligencia tras reducir la Justicia india los cargos originales por homicidio culpable.

El propietario de Union Carbide, el estadounidense Warren Anderson, se personó en Bhopal tras el escape, fue brevemente detenido y obtuvo la libertad bajo fianza, y estuvo prófugo de la Justicia india hasta su muerte, en septiembre pasado, a los 92 años de edad.

Un muñeco con su cara fue quemado durante los actos organizados en Bhopal en este aniversario.