Oriente Próximo

Netanyahu abrirá dos rutas humanitarias hacia Gaza tras la exigencia de Biden de un alto el fuego

El presidente de Estados Unidos condiciona el apoyo a Israel a la aplicación de «medidas concretas» para proteger a los civiles y al personal humanitario

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, han mantenido este jueves la primera conversación telefónica desde el ataque del pasado martes en la Franja de Gaza que segó la vida de siete cooperantes de World Central Kitchen, la ONG del chef José Andrés. En la conversación, Biden ha reprochado a Netanyahu las muertes de los trabajadores humanitarios, y ha pedido un alto el fuego «inmediato» y medidas «concretas» para proteger a los civiles en el enclave palestino.

Tras la llamada de Biden a Netanyahu, la Casa Blanca anunció que el Gobierno israelí aprobó abrir dos rutas para la llegada de ayuda a Gaza, que incluyen "un compromiso para abrir el puerto de Ashdod para la entrega directa de asistencia humanitaria a Gaza", la apertura del paso fronterizo de Erez y aumento de las entregas por parte Jordania a la Franja.

Ambos mandatarios se han ido distanciando en las últimas semanas a medida que se ha ido recrudeciendo la ofensiva israelí en Gaza, pero el ataque contra los voluntarios de la ONG de José Andrés ha sido la gota que ha colmado el vaso. El día del ataque, Biden habló por teléfono con el chef español para trasladarle sus condolencias. Una de las víctimas tenía doble nacionalidad estadounidense-canadiense.

José Andrés afirmó en un artículo de opinión publicado el miércoles en las páginas de The New York Times que las muertes de los trabajadores humanitarios fueron el «resultado directo» de la política israelí en su guerra con Hamás. Netanyahu reconoció la responsabilidad de Israel en un ataque que calificó como «no intencionado», y el presidente israelí, Isaac Herzog, llamó personalmente a José Andrés para disculparse por el incidente.

En esta ocasión, Biden ha querido dejar clara «la necesidad de que Israel anuncie y aplique una serie de medidas específicas, concretas y cuantificables para abordar los daños a civiles, el sufrimiento humanitario y la seguridad de los trabajadores humanitarios». A partir de ahora, la política de su Administración «estará determinada por nuestra evaluación de la acción inmediata de Israel sobre estos pasos», según recoge en un comunicado la Casa Blanca.

Por su parte, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, trasladó a la prensa desde la sede de la OTAN en Bruselas que el apoyo de Estados Unidos se vería reducido si Israel no realizaba ajustes significativos en su forma de llevar a cabo la guerra. «Si no vemos los cambios que necesitamos ver, habrá cambios en nuestra política», subrayó el diplomático.

El entorno de Biden dice que el presidente tiene «el corazón roto» por el ataque, pero su Administración no ha modificado hasta la fecha el apoyo que ha brindado a Israel desde el inicio del conflicto en Gaza tras del ataque del brazo armado de Hamás el 7 de octubre contra territorio israelí. Es más, Washington está a punto de aprobar la venta de hasta 50 cazas F-15 fabricados en Estados Unidos a Israel, en un acuerdo valorado en más de 18.000 millones de dólares, según la prensa local.

El líder demócrata se enfrenta a una creciente presión en un año electoral por su apoyo a la guerra de Gaza contra Israel, y sus aliados le presionan para que considere la posibilidad de que los miles de millones de dólares en ayuda militar que Estados Unidos envía cada año a su aliado dependan de que Netanyahu escuche los llamamientos a la moderación.