Cumbre del G-20

Biden aprovecha la ausencia de Xi para reforzar alianzas en el G-20

India exhibe su influencia en hemisferio sur durante esta cumbre del G-20 marcada por las sonadas bajas de los presidentes de China y Rusia

La ausencia del presidente Xi Jinping en la cumbre del G-20 que se celebra este fin de semana en Nueva Delhi podría convertirse en una desventaja para China en su competencia con India como principal portavoz de los países en desarrollo de Asia, África y Suramérica. Con su creciente influencia diplomática y económica en la escena mundial, y en medio de las crecientes tensiones geopolíticas entre Washington y Pekín, según los expertos, Nueva Delhi considera la cumbre de este fin de semana como su gran oportunidad de hacer de puente entre Occidente y el Sur Global.

La Cumbre del G-20, de dos días de duración, se desarrollará en el complejo Bharat Mandapam de Pragati Maidan. Bajo extremas medidas de seguridad, la llegada de los invitados comenzó en Nueva Delhi el 7 de septiembre por la tarde, con la esperada presencia de nada menos que 40 jefes de Estado, gobiernos y organizaciones. Se trata de la primera vez que India acoge la reunión anual de las 19 principales economías del mundo más la Unión Europea, que contribuyen de forma conjunta al 80% del PIB mundial. Fundado en 1999 en respuesta a varias crisis económicas mundiales, es el principal foro para facilitar la cooperación económica mundial a medida que el mundo se recupera de la pandemia, la inflación, la interrupción de la cadena de suministro y las costosas consecuencias del cambio climático en los últimos años.

En esta ocasión, Nueva Delhi aspira a sortear temas controvertidos como el recrudecimiento de la guerra de Rusia en Ucrania, para crear consenso en torno a la financiación climática, la seguridad alimentaria y energética, el alivio de la deuda, el desarrollo sostenible y las infraestructuras públicas digitales. En línea con este interés global, el lema de esta Cumbre del G-20 es una frase de las escrituras hindúes, «Vasudhaiva Kutumbakam», es decir «Una Tierra. Una Familia. Un Futuro». Y es que Modi, intenta eludir el polémico asunto de la contienda, argumentando que, en su lugar, la Organización de Naciones Unidas es lo apropiado para debatir la cuestión, mientras que el G-20 debería seguir dedicándose a la coordinación económica y financiera.

Este encuentro representa para India tanto un riesgo como una oportunidad. El país se enfrenta a la incómoda situación de navegar cautelosamente por las alianzas existentes para lograr la cooperación y un mínimo de consenso en torno a una agenda diplomática y de desarrollo que se ajuste a la posición de mediador que ostenta. Modi trata de presentar a India como una nación que se siente cómoda tratando con Occidente, mantiene lazos con Rusia e incluso con China, a pesar de las continuas tensiones con esta última y está deseosa de servir de defensora del Sur Global. El primer ministro indio ha afirmado que su liderazgo del bloque ha procurado salvar divisiones, desmantelar barreras y sembrar semillas de colaboración que alimenten un mundo donde la unidad prevalezca sobre la discordia y el destino compartido eclipse el aislamiento.

«Como presidente del G-20, nos hemos comprometido a hacer más grande la mesa global, asegurándonos de que cada voz fuera escuchada y cada país contribuye. Estoy seguro de que hemos cumplido nuestra promesa», declaró en un artículo publicado en varios medios de comunicación.

La estrategia pragmática de Modi, sin embargo, parece haber sido saboteada por las decisiones del presidente ruso, Vladimir Putin, y del líder chino, Xi Jinping, de no asistir a la cumbre de Nueva Delhi, quizá en parte en oposición al contenido del borrador del comunicado que condenaba la guerra de Rusia en Ucrania. Esto ha confirmado las divisiones en el seno del grupo, transformándolo gradualmente del principal foro de coordinación económica y financiera internacional a un lugar en el que el Grupo de los Siete (G-7), por un lado, y China y Rusia, por otro, compiten por la influencia.

Con todo, la batalla de Rusia en Ucrania se cierne como una gran sombra sobre el actual G-20 y complica los esfuerzos de India. Recientemente, Rusia suspendió su participación en la Iniciativa de Cereales del Mar Negro, contribuyendo a la inseguridad alimentaria y aumentando la preocupación entre los países en desarrollo del citado grupo.

Y es que, este año cuando en la cumbre de ministros de Finanzas del G-20 se propusieron unos párrafos en los que se afirmaba que el conflicto ucraniano estaba causando un «inmenso sufrimiento humano» y «exacerbando las fragilidades existentes en la economía mundial», China y Rusia los bloquearon. En consecuencia, no se logró llegar a una declaración consensuada y sólo se publicó un resumen de la reunión elaborado por la presidencia.

Los expertos consideran poco probable que el país anfitrión logre convencer a los miembros del bloque para alcanzar un consenso o un comunicado conjunto en esta cumbre. Cabe destacar que el presidente ruso, Vladimir Putin, informó al propio Modi de su ausencia debido a la «operación militar especial» de Rusia en Ucrania, y que en su lugar acudirá el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov. Al propio Modi le incomoda pronunciarse sobre la cruenta guerra, dado que su país sigue comprando petróleo y carbón rusos baratos, además de depender del armamento ruso.

Por otra parte, en los debates que precedieron a esta cumbre india planteó además varias cuestiones importantes para los países del Sur Global. Entre ellos, la perspectiva de adhesión de la Unión Africana (UA), la reforma de las instituciones financieras mundiales, la reestructuración de la deuda soberana y la financiación adicional para el clima. Varias de estas cuestiones y propuestas no han recibido el apoyo ni del G-7 ni de China.