Reino Unido

Biden y Sunak se reúnen en Downing Street para hablar de Ucrania

Londres se ha opuesto a enviar bombas de racimo a Ucrania en contra del criterio de Estados Unidos

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó este lunes a la residencia de Downing Street, en Londres, para reunirse con el primer ministro británico, Rishi Sunak, antes de tomar el té esta tarde con el rey Carlos III. Esta es la primera visita del jefe de Estado de EEUU al Reino Unido desde la que hizo el pasado abril con motivo de la celebración de los 25 años de la firma del acuerdo de paz de Irlanda del Norte.

Biden, que no estuvo en la coronación de Carlos III el pasado mayo, se reunirá con el rey británico esta tarde en el castillo de Windsor, a las afueras de la capital británica. Se espera que el presidente y Sunak aborden la situación en Ucrania y, posiblemente, la decisión de EE.UU. de suministrar bombas de racimo a ese país, a pesar de la controversia en torno a este armamento debido a que libera pequeñas bombas que pueden provocar numerosas víctimas en una zona muy amplia.

El Gobierno británico se ha distanciado de esa decisión después de que Sunak indicase que el Reino Unido se opone a estas bombas al ser parte de la convención que las prohíbe, firmada por 123 países. El fin de semana, el primer ministro británico resaltó que el Reino Unido seguirá cumpliendo con su parte "para apoyar a Ucrania contra la invasión ilegal y no provocada de Rusia, pero lo hemos hecho suministrando tanques y armas de largo alcance".

La oposición laborista también se mostró en contra del uso de las bombas de racimo, según lo indicó su portavoz de Economía, Rachel Reeves. Biden reconoció a los medios de su país que fue "difícil" tomar la decisión de dar luz verde al envío de estas bombas, pero que lo decidió porque los ucranianos se están quedando sin municiones. En Windsor, Biden hará una inspección de la Guardia de Honor con el rey Carlos III antes de que ambos jefes de Estado tomen el té.

Rusia acusa a Washington

Rusia ha afirmado que Estados Unidos ha admitido haber cometido crímenes de guerra durante el conflicto ucraniano tras haber defendido la necesidad de entregar bombas de racimo a Kiev. El embajador ruso en Washington, Anatoli Antonov, ha indicado que el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, ha admitido "de facto la comisión de crímenes de guerra" al declarar "abiertamente que los civiles morirían por las armas de racimo estadounidense".

Según un comunicado de la Embajada, "en la visión pervertida del funcionario de la Casa Blanca, esto hace 'menos daño' que las acciones de Rusia". "Si hay alguna lógica en la decisión de la Administración (Biden) de transferir municiones de racimo, esto se reduce a que la situación 'no empeorará'", ha manifestado. Antonov ha sostenido que Washington "está listo para destruir todos los seres vivos lejos de sus propias fronteras con las manos de los ucranianos" con el fin de conseguir "el sueño irrealizable de una derrota estratégica" frente a Moscú.

"Estamos luchando contra los criminales de Kiev que abrazan a los terroristas de Azov --considerados organización terrorista en Rusia--, mientras que Estados Unidos ayuda a los nazis ucranianos a cometer actos inhumanos", ha expresado el diplomático ruso. Más tarde, la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, Maria Zajarova, ha lamentado que el envío de bombas de racimo a Ucrania es "otra escandalosa manifestación del curso antirruso de Estados Unidos", a la par que ha acusado a Washington de "prolongar el conflicto".

"Washington sabe muy bien que las promesas de los neonazis ucranianos de usar esta arma indiscriminada 'con cuidado' y 'de forma responsable' no valen nada", ha señalado Zajarova en un comunicado recogido por la diplomacia rusa, en el que además insiste en que las "armas letales" suministradas a Ucrania por parte de Estados Unidos y la OTAN no hacen más que poner sobre el foco a la población civil.

Zajarova ha remarcado que este tipo de municiones en ocasiones detonan "mucho después" de su lanzamiento, incluso ya culminadas las hostilidades. "Al suministrar municiones de racimo, Washington se convertirá en cómplice 'de facto' en la minería del territorio y compartirá plenamente la responsabilidad de las personas muertas por las explosiones", ha dicho.