Nueva York

Bloomberg busca ahora mejorar la salud en NuevaYork reduciendo la sal en comidas

El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, retomó hoy su particular lucha para mejorar la salud de sus conciudadanos con una medida que pretende reducir el contenido de sal en los alimentos envasados y en los que se sirven en los restaurantes.

Bloomberg anunció hoy los "progresos"en una iniciativa que impulsó en 2008 con este objetivo, y que ha conseguido hasta ahora que 21 compañías hayan reducido el nivel de sodio en los productos que fabrican o venden.

De esta forma, el alcalde reanudó su peculiar batalla para mejorar la salud de los neoyorquinos, después de que hace unos meses logró que se limitara la venta de refrescos azucarados de gran tamaño en la Gran Manzana.

Durante su mandato, el millonario alcalde neoyorquino también ha implantado otras medidas como la de obligar a incluir el número de calorías de los alimentos al lado del precio o prohibir fumar en restaurantes, parques públicos, piscinas, playas y lugares históricos de la ciudad de los rascacielos.

Pese a que estas decisiones han sido pioneras para el resto del país y han sido seguidas por otras ciudades, no han estado exentas de polémica, ya que algunos las consideran desproporcionadas.

No obstante, Bloomberg defendió la reducción de sodio asegurando que con ella se podría reducir la presión arterial, así como prevenir la enfermedad cardiaca y los problemas cerebrovasculares, dos de las principales causas de muerte en los Estados Unidos.

"Estas empresas han demostrado su compromiso por eliminar el exceso de sodio en sus productos y trabajar con las autoridades de la salud pública hacia una meta común: ayudar a sus clientes a tener vidas más saludables", afirmó Bloomberg.

Entre las compañías que se han adherido a la iniciativa se encuentran Heinz, Kraft, Starbucks, Teddy Grahams, Ragu, BMT, Goya Foods o Butterball, entre otras.

Según datos proporcionados por la alcaldía, aproximadamente el 90 % de los estadounidenses consumen demasiado sodio, que en gran parte proviene de los alimentos que no necesariamente tienen un sabor salado, como el pan, las galletas o la salsa de tomate.

Así, los investigadores han estimado que la reducción de la ingesta diaria de sodio puede prevenir hasta 92.000 muertes y ahorrar hasta 24.000 millones de dólares en gasto sanitario cada año en todo el país.