Racionamiento en Venezuela

Bolívar destruido

Detalles de varios billetes de bolívar
Detalles de varios billetes de bolívarlarazon

l 20 de agosto arranca (...) el programa de recuperación económica con la reconversión monetaria, cinco ceros menos», estas fueron palabras de Nicolás Maduro días atrás. Fue a principios de 2007 cuando el fallecido presidente Hugo Chávez le quitaba para ese momento, tres ceros a la moneda nacional, el bolívar. Ese momento significó un primer intento de opacar los comienzos de una debacle económica que no ha hecho más que profundizarse con el transcurrir de los años.

No hay duda de que comunicacionalmente, hablar de un bolívar con tres ceros menos, cinco ceros menos, podría resultar una estrategia efectiva. Sin embargo, no cabe duda de que el desastre es evidente, rampante, casi indetenible.

La improvisación de Maduro y su equipo económico ha sido constante y, finalmente, serán los venezolanos - sobre todo los de los sectores menos favorecidos - quienes terminen por pagar las peores consecuencias.

«Señor, señora, usted que me escucha en su casa. Con esta nueva medida de Maduro, la canasta alimentaria básica para una familia de cinco personas le va a costar ahora 6.542 bolívares, y usted va a ganar 52 bolívares (salario mínimo). Quitándole los ceros a la moneda, ¿se resolvió el problema? Obvio que no», esa fue la primera respuesta del líder opositor, Henrique Capriles, ante el asombroso y burlesco anuncio de Maduro.

La nueva medida obliga a la impresión de un nuevo cono monetario. En un país que, según el Fondo Monetario Internacional, proyecta una inflación de 1.000.000%, lo cierto es que, una vez inicie la circulación de los nuevos billetes, ese nuevo cono terminará por convertirse rápidamente en papel inorgánico, inservible.

En consecuencia, la pendiente vertiginosa de la pobreza y la escasez continuará haciendo su trabajo. La desconcertante medida no termina por solucionar el problema, sino que lo agrava.

En este marco, resulta evidente que el histórico e indetenible cáncer de la hiperinflación solo se detendrá en la medida en que haya confianza, no en la medida en que se le quiten ceros a la moneda. Si no hay inversión extranjera y nacional, no habrá fortalecimiento de la economía.

Por último, lo operativo.

La confusión sobre el cómo actuar de ahora en adelante es real y preocupante.

Hoy, el venezolano se pregunta cómo recibirá su salario, cómo tendrá que pagar los servicios, que harán los bancos para darle viabilidad a esta nueva medida.

Una vez más, Maduro ha puesto en jaque a ese venezolano que ya no vive, sino sobrevive, que sumergido en la incertidumbre y en la pobreza, en la escasez y en la inflación galopante termina por convertirse en mártir de las decisiones de un improvisado y mal intencionado Presidente.