Tensión en la frontera

La Bota de Saatse se cierra: Estonia clausura su punto de la frontera con Rusia más surrealista

Es un tramo de carretera de un kilómetro que se adentra en territorio ruso. Los conductores tienen prohibido parar. En los últimos días la policía de la frontera ha detectado una inusual actividad rusa

La Bota de Saatse se cierra: Estonia clausura su punto de la frontera con Rusia más surrealista
La Bota de Saatse se cierra: Estonia clausura su punto de la frontera con Rusia más surrealistaWikipedia

Estonia ha confirmado este jueves el cierre definitivo de un tramo de apenas un kilómetro de una carretera fronteriza que transcurre por el país y que atraviesa una pequeña área en territorio ruso. Se conoce como la Bota de Saatse, y es una anomalía territorial que ahora ha cobrado actualidad por la creciente presión de Rusia sobre sus países limítrofes, como el caso de Estonia.

La decisión se ha tomado después de que la policía fronteriza estonia haya detectado "una actividad rusa mayor de la habitual" en el entorno de esta vía de comunicación.

La Bota de Saatse, en estonio Saatse saabas, es un pequeño saliente del territorio ruso (de unas 115 hectáreas) que se adentra dentro de Estonia, en la región de Setomaa, y debe su nombre a su peculiar forma de bota. Se originó en 1944, cuando la URSS decidió modificar las fronteras internas entre las repúblicas socialistas. Tras la independencia de Estonia en 1991, el trazado quedó como frontera internacional, convirtiendo el enclave en una rareza geopolítica.

Lo más curioso es que una carretera, la ruta 178, atraviesa durante aproximadamente un kilómetro este territorio ruso. Los vehículos que pasan por ella pueden circular sin necesidad de visado ni control fronterizo, siempre que no se detengan ni se bajen del coche. Existen carteles en varios idiomas que advierten a los conductores de estas normas, y en caso de avería, se recomienda permanecer dentro del vehículo.

Esta peculiar situación hace de la Bota de Saatse uno de los pocos lugares en Europa donde se puede “cruzar” a otro país sin trámites, aunque de forma estrictamente controlada. Lo que hasta ahora era una curiosidad se ha convertido, tras los repetidos incidentes de incursiones aéreas rusas, en un foco de tensión.

En los últimos años, el enclave ha vuelto a ser noticia por razones de seguridad. La presencia inusual de guardias o actividad militar rusa ha provocado cierres temporales de la carretera, lo que ha llevado a Estonia a construir una ruta alternativa que evite por completo el paso por territorio ruso. Aunque en el pasado hubo intentos diplomáticos para intercambiar terrenos y eliminar esta anomalía, los acuerdos no han sido ratificados. La Bota de Saatse sigue siendo, por tanto, un símbolo tangible de las complejidades históricas y políticas que aún perduran en la frontera oriental de Europa.

Künter Pedoski, jefe de operaciones de la Prefectura Sur de Estonia, dijo que la guardia fronteriza observó el viernes una presencia mayor de lo habitual en territorio ruso.

"Los guardias fronterizos rusos patrullan regularmente la Saatse Boot, ya que es su territorio. Hoy hubo mucho más movimiento de lo habitual. Decidimos cerrar la carretera para evitar posibles provocaciones e incidentes, ya que nuestro objetivo es garantizar la seguridad del pueblo estonio", explicó Pedoski, según recoge el medio estonio ERR.