Siria

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El enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Lajdar Brahimi, condenó hoy el atentado cometido ayer, jueves, en Damasco y elevó a cien la cifra de muertos en dicha acción, que calificó de "crimen de guerra".

Brahimi condenó con firmeza la "salvaje"y "horrible"explosión de este jueves en el centro de Damasco que dejó "cerca de un centenar de muertos y 250 heridos", según un comunicado distribuido por la oficina del portavoz de la ONU.

Hasta ahora, la versión del régimen sirio indicaba que 53 personas murieron en el atentado, del que Damasco responsabilizó a "grupos terroristas vinculados con Al Qaeda"y que se produjo cerca de una sede del partido gubernamental Baaz, en el barrio de Al Mazra de la capital siria.

"Nada justifica acciones horribles que equivalen a crímenes de guerra según las leyes internacionales", dijo la oficina de Brahimi, que recordó que este ha pedido al Consejo de Seguridad que haya una investigación internacional independiente para estos crímenes.

Al igual que Brahimi, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ya condenó el jueves el atentado en un comunicado en el que reiteró su firme convicción de que "recurrir a la violencia y a métodos militares sólo llevará a más sufrimiento y destrucción".

Ban, que envió sus condolencias a los familiares de las víctimas y deseó una pronta recuperación a los heridos, renovó su llamamiento a las partes para que pongan fin a la violencia y respeten el derecho internacional humanitario.

El ataque de este jueves fue perpetrado supuestamente por un suicida cerca de una sede del partido gubernamental Baaz en el barrio de Al Mazra de la capital, según informaron a Efe fuentes oficiales.

La agencia oficial de noticias siria, Sana, atribuyó la acción a grupos "terroristas"e informó de que las autoridades descubrieron en la zona otro coche cargado con explosivos y detuvieron a su conductor.

Mientras se debate la apertura de un diálogo, al que el régimen se ha mostrado dispuesto, la batalla por el control de Damasco se endurece con continuos ataques de los rebeldes contra edificios gubernamentales y militares.