Oriente Medio
Los bufetes españoles en Israel se preparan para pedir compensaciones por la guerra
En algunos despachos, una cuarta parte del personal, incluidos los socios, han sido reclutados como parte de las fuerzas de reserva israelíes
Se cumple una semana desde que Hamás atacara por sorpresa a los israelíes en su territorio y ya se puede hablar de guerra en Oriente Próximo. El impacto delconflicto bélico tiene un flanco legal, en la medida en que afecta a la vida de las personas y al funcionamiento de las empresas, también para las compañías españolas que tienen intereses comerciales en ese país. Los despachos de abogados nacionales que tienen oficinas allí lo saben y se preparan ante el previsible aumento de las solicitudes de compensaciones económicas por las consecuencias de la guerra.
Aunque en estos momentos no hay problemas legales complejos, para Ofir Angel, presidente de la oficina de Tel Aviv de Auren, es muy probable que el Ejecutivo de su país compense a las compañías por los daños económicos causados por el estado de guerra. “Este tema saldrá a relucir en los próximos meses, y ya nos estamos preparando para ayudar a nuestros clientes israelíes y españoles que operan en Israel, para que tengan derecho a una compensación en caso de una disminución significativa de los ingresos”, señala en diálogo con La Razón.
Los casos son muy diversos. La mayor parte de sus clientes han aterrizado para desarrollar proyectos de infraestructuras y tecnología o han sellado acuerdos de cooperación, fusiones y adquisiciones en los sectores marcados por la innovación israelí: alimentario, ciudades inteligentes, transporte, agricultura, energía, biotecnología, medicina,telecomunicaciones y seguridad, entre otros.
Los residentes en territorio israelí y los turistas también han pedido másasesoramiento jurídico.Tal como explica José Cohen, socio del bufete español Cohen & Cohen, su despacho en Jerusalén sigue abierto y la mayoría de las consultas que han recibido durante estos últimos días se refieren a las distintas opciones legales para abandonar elpaís, las reclamaciones a hoteles o a agencias de viajes por cancelaciones, la solicitud de indemnizaciones a compañías aéreas y el reembolso de los servicios abonados con antelación.
“La mayoría son turistas españoles y trabajadores también españoles que residen aquí”, puntualiza. Y añaden que en muchas ocasiones también les han solicitado que les ayuden a contactar con la embajada española en Tel Aviv o con el consulado en Jerusalén.
Desde Cremados y Calvo Sotelo, con presencia en territorio israelí desde 2011,confirman que su oficina en Tel Aviv sigue abierta para atender con la mayornormalidad posible a sus clientes, principalmente en materia de importaciones y exportaciones, conflictos bancarios y otros asuntos jurídicos más comunes. Otros bufetes españoles con oficinas en Israel han declinado comentar detalles sobre sus operaciones en la zona de conflicto. Es un asunto "delicado”, explican.
Socios reclutados
“Son tiempos difíciles”, admite Ofir Angel, que ofrece un dato que refleja cómo eldía a día se ha visto trastocado por la guerra: tienen una mayor carga de trabajo debido a que cerca del 25% de sus empleados y socios del despacho han sido reclutados para el servicio de reserva, es decir, para prestar sus servicios como militares en el frente. "Se siente una falta significativa de personal profesional”, asegura y ha agradecido las muestras de apoyo que sus compañeros de las oficinas de España les han expresado desde el primer momento.
El despacho cuenta con espacios protegidos contra misiles, pero han optado por cerrarlo para que los equipos trabajen desde casa y permanezcan cerca de sus familias y seres queridos. Son conscientes de que el teletrabajo, en estas circunstancias, tiene limitaciones debido a las preocupaciones propias de la guerra y por tener que cuidar de los niños, que necesitan más atención en casa.
Algo similar ocurre en Jerusalén. José Cohen explica que una parte de sus clientes no está operativa en estos días y otros han sido llamados al frente. A ello se suman las interrupciones por las alarmas que alertan de posibles ataques con misiles.
"En cuanto suenan las sirenas, las personas que están en la oficina han de salir y buscar refugio. Generalmente son solo unos minutos, pero dificulta enormemente la rutina de trabajo”, reconoce. El despacho ha prestado asesoramiento gratuito durante estos primeros días a los ciudadanos que se han visto afectados por el conflicto, intermediando con los representantes diplomáticos o con empresas para facilitar la cancelación de reservas y negociar la devolución de los importes que ya habían adelantado.
A pesar de ello, asegura que de momento mantendrá la oficina de Jerusalén abierta, salvo que la situación empeore o se apruebe alguna normativa legal que lo impida.
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