Bukele militariza una región completa de El Salvador en nueva operación contra las pandillas

Miles de policías y soldados. El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, desplegó 7.000 uniformados del Ejército y otro millar de la policía civil para cercar un departamento de la zona central del país argumentando la búsqueda y captura de pandilleros que supuestamente operan en áreas rurales de esa localidad. A ellos los señala de ser responsables de un ataque ocurrido el fin de semana a una patrulla de las fuerzas de seguridad en el que dos policías resultaron heridos de bala.

El departamento de Cabaña, en el sureste de la capital, operan «grupos terroristas», como los calificó el mandatario al anunciar que los uniformados evitarán «la salida de pandilleros del departamento y cortarán todas las líneas de suministro».

Según dijo Bukele, «Cabaña se ha convertido en el lugar con mayor número de células terroristas, que han llegado ahí buscando sus áreas rurales para ocultarse» en las últimas semanas. Ya en junio de 2022, el Gobierno salvadoreño desmanteló varios campamentos clandestinos en la misma región.

En los últimos días, un amplio número de efectivos militares de la Fuerza Armada de El Salvador (FAES) y la Policía Nacional Civil (PNC) realizaron operativos en los alrededores de los municipios Victoria, Sensuntepeque e Ilobasco. A la comunidad Santa Marta también llegó un despliegue militar. «Desde la madrugada llegaron cuatro camiones con muchos soldados a la comunidad. Han llegado y han buscado dónde quedarse. Nos dijeron que están para realizar operativos y buscar pandilleros», informó uno de los habitantes del lugar a medios locales.

En el operativo en Cabañas, los uniformados han tomado control de las carreteras y calles de acceso al departamento y se realiza registros de los vehículos de pasajeros y particulares. Las personas deben de identificarse para poder entrar y salir de la zona, mientras también se realizan registros en las comunidades para localizar y capturar a los pandilleros.

El operativo ordenado por Bukele se inscribe dentro de las prácticas que han sido calificadas como autoritarias por organizaciones como Human Rights Watch. Este miércoles se conoció, por ejemplo, de la detención de Adolfo Alvarenga, un lugareño arrestado «por tener tatuajes», según denuncias de activistas, que fue liberado posteriormente.

En El Salvador tener tatuajes puede ser interpretado como un signo de pertenencia a grupos delictivos. El régimen de excepción instaurado por el Gobierno nacional permite detenciones a gran escala sin derecho a la defensa.

El domingo, una unidad de la policía nacional patrullaba en el cantón Maquilishuat y un grupo armado la emboscó. Uno de los agentes fue herido de gravedad, aunque detalles de su estado de salud posterior no han sido divulgados. Fueron trasladados por vía aérea hasta la capital San Salvador.

El cerco militar que comenzó en Cabañas es el primero en abarcar todo un departamento, pero el sexto ordenado durante la actual administración, luego de los implementados este año en Comasagua, Soyapango, La Granjita, Tutunichapa y Nueva Concepción en Chalatenango.

Este último comenzó el 17 de mayo, tras el asesinato del agente policial Máximo Antonio Vásquez, y sigue vigente. Por el hecho fueron capturados tres sujetos que enfrentan un proceso judicial.

Desde que inició el régimen de excepción y la «guerra contra las pandillas» en marzo de 2022 han sido detenidos más de 72.000 presuntos pandilleros en El Salvador.