Bulgaria refuerza el poder de la OTAN en el mar Negro: ha instalado misiles antibuque para defenderse de Rusia

Las autoridades de Estados Unidos han dado luz verde a una posible operación de venta de equipamiento militar a Bulgaria, un paso que refuerza la postura defensiva del país balcánico en el Mar Negro y que sigue la línea de protección de costas planteada, entre otros, por España. Esta transacción, estimada en una cuantía de 620 millones de dólares, se enmarca dentro de la estrategia de Washington para mejorar las capacidades de sus aliados en Europa del Este.

La operación propuesta busca, principalmente, la adquisición de un sistema de defensa costera basado en misiles de ataque naval, una modernización relevante y necesaria para las fuerzas armadas búlgaras. El acuerdo llega en un momento de notable incremento de las tensiones en la región, subrayando la importancia estratégica de Bulgaria para la Alianza Atlántica.

El Departamento de Estado norteamericano ha subrayado que esta venta se alinea con sus objetivos de política exterior y seguridad nacional. La medida está diseñada para fortalecer la seguridad de un aliado de la OTAN, considerado un pilar fundamental para la estabilidad política y económica del continente europeo.

Un salto adelante en la capacidad defensiva búlgara

La adquisición de este sistema de defensa costera Naval Strike Missile (NSM CDS) representa un cambio de envergadura en la capacidad militar de Bulgaria, reemplazando equipamiento heredado de la era soviética, tal como destaca United24. Este sistema, desarrollado por la compañía noruega Kongsberg Defence & Aerospace, es una solución de misiles superficie-superficie de alta movilidad y precisión.

El paquete solicitado por Bulgaria es muy completo y abarca desde misiles de ataque naval tácticos hasta unidades de control de fuego móviles y vehículos lanzadores. Incluye también sistemas de comunicación avanzados, como el Link-16, y un amplio abanico de servicios de formación y soporte técnico.

La implementación de este sistema contará con la presencia de personal del Gobierno estadounidense y de los contratistas en territorio búlgaro durante un plazo de hasta cinco años para garantizar su correcta puesta en marcha. Este apoyo subraya la naturaleza estratégica del acuerdo para la cooperación transatlántica en defensa.

El misil NSM sobresale por su capacidad de ataque más allá del horizonte, con un alcance que supera los 185 kilómetros y puede llegar hasta los 555 kilómetros en futuras variantes. Su diseño le permite volar a baja altitud sobre el mar, lo que lo hace muy difícil de detectar, y tiene una notable capacidad de impacto preciso tanto contra objetivos navales como terrestres.

La estrategia de seguridad en el Mar Negro

Con una línea de costa que se extiende a lo largo de casi 380 kilómetros en el Mar Negro, Bulgaria ocupa una posición geoestratégica de primer orden para las defensas del flanco sudoriental de la OTAN. Los puertos de Varna y Burgas son infraestructuras vitales para el comercio, la energía y la movilidad militar en la zona.

Estas instalaciones, sin embargo, han sido tradicionalmente vulnerables a diversas amenazas, desde la guerra electrónica hasta la colocación de minas o las llamadas "amenazas navales híbridas". La introducción de los sistemas NSM modernizados, móviles y en red fortalece la capacidad de disuasión de Bulgaria.

El nuevo sistema de defensa costera NSM se compone de tres elementos principales: un Centro de Control de Fuego, unidades lanzadoras de misiles y, de manera opcional, un radar de seguimiento. El Centro de Control de Fuego asegura la integración completa con las redes de mando y control de la Alianza Atlántica.

El misil en sí mismo es un arma de precisión que pesa 407 kilogramos y cuenta con una ojiva de 120 kilogramos con revestimiento de titanio. Es capaz de neutralizar tanto objetivos navales reforzados como instalaciones en tierra, y su espoleta programable y sus maniobras de vuelo avanzadas le confieren una resistencia considerable a la intercepción.

El NSM es un sistema ya consolidado en la defensa costera moderna, utilizado por fuerzas estadounidenses, así como por aliados de la OTAN como Polonia y Rumanía. Su incorporación por parte de Bulgaria representa un paso más en la estandarización y cohesión operativa de la Alianza.