Nueva reina

De la cabeza demasiado grande de Camila a su coronación hoy

El gran momento de Camila ha llegado. La otrora mujer más odiada ha sido coronada

Y por fin llegó el momento de Camila. La otrora mujer más odiada de Reino Unido no sólo se ha ganado a la opinión pública británica, sino que también se ha convertido en reina del país. Este sábado, durante la coronación de su marido, el rey Carlos III, también ha sido coronada ella en esta ceremonia histórica cargada de simbolismo.

Tras la unción privada de Carlos III, se ha dado paso a la coronación de Camila. Cabe recordar que los nuevos monarcas de Reino Unido son divorciados, los dos. Algo que antiguamente estaba muy mal visto y hasta prohibido, ya que el rey es también el jefe de la iglesia anglicana. Pero los tiempos cambian y así se ha visto reflejado en la ceremonia de hoy.

Durante años, el amor de los británicos por Lady Di, la primera esposa de Carlos y madre de sus hijos, y sus declaraciones sobre que la suya era "una relación a tres" llevaron a la opinión pública a convertir a Camila Parker Bowles en una de las mujeres más odiadas de Reino Unido. Hoy, ha logrado hacerse con el respeto de los ciudadanos británicos, que la ven "campechana" así como una suerte de"guía" para Carlos III.

El arzobispo de Canterbury, primado de la Iglesia Anglicana, ungió con aceite a Camila. Este aceite ha sido prensado con aceitunas del Monte de los Olivos, en Jerusalén y especialmente consagrado para hoy. Después, se pasó al momento más visual, cuando el arzobispo colocó la corona en la cabeza de Camila. La corona elegida por Camila ha sido la usada por la reina María aunque modificada. La hizo más ligera, la ensanchó (según el "Daily Mail" su cabeza era más grande) y añadió algunas joyas de Isabel II, la madre de Carlos.

El diario británico asegura que durante los meses de preparación para la coronación se produjo lo que se ha denominado "la guerra de las coronas". Y es que "el problema es que Camila tiene una cabeza muy grande. Es mucho más grande que la reina fallecida y ha sido una lucha cómica lograr la corona que necesita". La casa real británica tiene siete coronas para reinas, había donde elegir.

La del polémico diamante Koh-i-Noor, que está maldito, de la reina madre, fue descartada. El diamente es reclamado por India (así como por Pakistán, Afganistán e Irán) y no querían levantar ampollas.

La de la reina Isabel era demasiado pequeña para la cabeza de Camila.

La corona de la reina Victoria, sin diamantes con polémicas, y menos pesada, no cubría toda la cabeza (tampoco la de la monarca), pues estaba diseñada casi más como un tocado, como una tiara. Sin embargo, no le sentaba muy bien a Camila. Finalmente, fue descartada también.

Finalmente se optó por la corona de la reina María, realizada en 1911. Aun así, se han llevado a cabo modificaciones que se han visto hoy. Algunas de las piedras anteriores se retiraron para insertar diamantes de buen tamaño de la colección personal de Isabel II. Y, según el "Daily Mail", se llevaron a cabo también ensanches.

Hoy, durante la coronación, se podía ver a Camila tocándose la nueva corona, sobre la frente, como arreglándose el pelo bajo uno de los grandes símbolos de la monarquía. Después, se pudo ver a la reina sonriendo.

Tras la coronación en sí, Camila recibió de manos del obispo emérito de Londres y de la obispa de Dover el Cetro de la Reina Consorte y la Vara con Paloma de la Reina Consorte.

Según recuerda la agencia EFE, la tradición británica, las esposas de los monarcas son coronadas como reinas, algo que no sucede con los maridos de las reinas, como fue el caso del duque de Edimburgo, Felipe, padre de Carlos III y marido de Isabel II.

Tras la coronación de Camila, el coro cantó un nuevo himno, "Make a joyful noise", compuesto para la ocasión por el prestigioso autor de musicales y bandas sonoras Andrew Lloyd Weber.

Posteriormente, los reyes se quitaron las coronas, que llevaron hoy por única vez en sus vidas, para continuar con la eucaristía en el servicio religioso, que terminará en torno a las 12:00 GMT, antes de volver al Palacio de Buckingham, desde cuyo balcón saludarán a los ciudadanos.