Japón
Cadena perpetua para el último cómplice del atentado con gas sarín de Tokio
Katsuya Takahashi, el último miembro de la secta Verdad Suprema en ser juzgado por los atentados realizados con gas sarín del metro de Tokio en 1995, fue hoy condenado a cadena perpetua por su participación en dichos ataques. El tribunal del distrito de Tokio atendió a la solicitud de cadena perpetua planteada por la fiscalía para Takahashi, de 57 años y acusado de asesinato y otros cargos por su rol como conductor durante los atentados, que dejaron 13 muertos y unos 6.000 heridos, de los cuales decenas han quedado en estado casi vegetativo.
Takahashi, que posiblemente recurrirá la sentencia, se declaró inocente durante el juicio e indicó que desconocía que se utilizaría gas sarín en el metro de la capital nipona. En sus testimonios durante el juicio, dos exmiembros de Verdad Suprema afirmaron que la palabra "sarín"fue empleada con claridad durante las reuniones previas al ataque.
Takahashi, atrapado por la policía nipona en junio de 2012, fue el último miembro de la secta en ser capturado tras 17 años a la fuga y ha sido también el último en ser juzgado. El 20 de marzo de 1995 Takahashi condujo el coche en el que huyó Toru Toyoda, seguidor de la secta que en plena hora punta matutina perforó dos paquetes de gas sarín en un convoy de la línea Hibiya de metro.
De manera coordinada, otros cuatro seguidores hicieron lo propio en otros cuatro trenes del subterráneo en lo que supuso el peor ataque terrorista en la historia de Japón.
El líquido -inodoro e incoloro- que derramaron los paquetes alcanzó casi al instante el estado gaseoso, se propagó por los vagones en pocos minutos y atacó el sistema nervioso de miles de pasajeros.
Cuatro de los cinco conductores que participaron en el atentado han recibido también la cadena perpetua, mientras que el quinto, Tomomitsu Niimi, fue condenado a muerte por asesinar a otras tres personas por orden de la secta.
Junto a Niimi, otros cuatro miembros que perforaron los paquetes de sarín fueron también condenados a muerte, al igual que el líder de la secta, Shoko Asahara, cuyo nombre real es Chizuo Matsumoto.
Los tribunales han procesado a casi 200 miembros del grupo, y han emitido en total seis cadenas perpetuas y 13 penas de muerte, aunque de momento ninguna de las ejecuciones se ha llevado a cabo.
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