El Cairo

Cadena perpetua para un miembro de los Hermanos Musulmanes y cárcel para 51

Un tribunal militar de la ciudad egipcia de Suez condenó hoy a cadena perpetua a un supuesto miembro de los Hermanos Musulmanes y a otros 51 islamistas a entre cinco y quince años de prisión por cometer actos de violencia durante las protestas del pasado mes.

Fuentes judiciales indicaron a Efe que tres de los condenados recibieron penas de quince años de cárcel, uno de diez, y 47 de cinco, unos datos confirmados por el Partido Libertad y Justicia (brazo político de la Hermandad), que también apuntó que doce procesados fueron absueltos.

En un primer momento, tanto los medios oficiales egipcios como las fuentes judiciales que informaron a Efe difundieron que eran once los sentenciados a cadena perpetua, un error que, según esas fuentes, se originó en la versión ofrecida por los abogados de la defensa.

Entre los condenados hay, además de integrantes de la Hermandad, simpatizantes del grupo radical Gamaa al Islamiya, responsable de numerosos atentados terroristas en la década de 1990, hasta que abjuró de la violencia en 2003.

Los islamistas fueron sentenciados por haber destruido nueve vehículos militares y agredido a soldados, así como atacado e incendiado iglesias en Suez.

También estaban acusados de instigar a la violencia, propagar el caos y atacar instituciones públicas durante las manifestaciones.

Estos sucesos ocurrieron tras el desmantelamiento policial en El Cairo de dos acampadas de los seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi a mediados de agosto.

Por ley, un tribunal castrense es el encargado de juzgar aquellos casos relacionados con ataques contra las fuerzas militares.

Numerosos líderes e integrantes de los Hermanos han sido arrestados desde que el pasado 3 de julio el Ejército perpetrara un golpe de Estado para deponer al presidente Mohamed Mursi, que perteneció a los Hermanos Musulmanes antes de asumir el poder en junio de 2012.

Entre los detenidos destaca el guía espiritual de la cofradía, Mohamed Badía, que afronta cargos por incitar a la violencia, y el propio Mursi, que se encuentra retenido por los militares en un lugar desconocido y que está acusado de haber ordenado la muerte de manifestantes.

Una ola de violencia estalló el pasado 14 de agosto a raíz del desalojo por la fuerza de las acampadas que mantenían los seguidores de Mursi en contra del golpe militar, lo que causó la muerte de un millar de personas en todo el país.

Las autoridades sostienen que están llevando a cabo una lucha contra el terrorismo y han reforzado la seguridad en previsión de nuevas manifestaciones, como las que hoy han protagonizado los Hermanos Musulmanes y otros grupos afines.