Historia

París

Cae el último jerarca del nazismo

Cae el último jerarca del nazismo
Cae el último jerarca del nazismolarazon

El Centro Wiesenthal certifica el fallecimiento de Alois Brunner, «mano derecha» de Adolf Eichmann, hace cuatro años en Siria, donde asesoró a Hafez al Asad

Fue uno de los criminales nazis más buscados. Para muchos, la «mano derecha» del que también fue conocido como el arquitecto del Holocausto, Adolf Eichmann, o que cuenta en su haber la siniestra responsabilidad de deportar a casi 130.000 judíos a los campos de exterminio. Sin embargo, nunca se podrá hacer justicia por sus crímenes.

El Centro Simon Wiesenthal informó ayer de que ha retirado de su lista de nazis más buscados a Alois Brunner, al que da por muerto de vejez. El también apodado como «ingeniero de la solución final» contaría en la actualidad con 102 años y, aunque no se sabe nada de él desde hace años, el director del Centro Simon Wiesenthal de Jerusalén, Efraim Zuroff, aseguró que todas las pruebas apuntan a que Brunner falleció en Siria hace cuatro años. «No podemos demostrarlo con pruebas forenses, pero estamos seguros de que es así», apunta Zuroff, quien está seguro «al 99%» del fallecimiento del criminal nazi. La institución, según su director, dispone ahora de informaciones «fiables» de la muerte y posterior entierro de Brunner en Damasco, la capital siria, en torno al año 2010. Entre ellas, una de las fuentes más fidedignas alude a las investigaciones realizadas por un antiguo agente secreto alemán que trabajó para la Inteligencia en Oriente Medio. Según el relato oficial, Brunner fue visto por última vez en Damasco en 2001. Hasta allí huyó en el año 1954 y desde entonces se dice que vivió y trabajó en suelo sirio con el nombre de doctor Georg Fischer o que incluso llegó a servir como asesor para el presidente Hafez al Asad –el padre de Bachar– sobre temas de extorsión y tortura. Continuamente asediado, llegó a sobrevivir incluso a dos intentos de asesinato por parte de la Inteligencia israelí, en los que perdió un ojo y varios dedos.

Sin embargo, nunca tuvo que responder por sus crímenes gracias, según algunas fuentes, a que en cierta manera vivió bajo la protección del Gobierno sirio. Algo que las autoridades de ese país negaron en repetidas ocasiones ante las acusaciones de la Inteligencia de otras naciones. Con todo, su pista se pierde definitivamente con el inicio de la guerra civil siria en marzo de 2011, lo que complica también los esfuerzos para tratar de localizar ahora su tumba.

Nacido en 1912 en Rohrbrunn, en el Imperio austro-húngaro, Alois Brunner fue el responsable de la delimitación de los guetos y de las deportaciones a los campos de exterminio. Se le acusa directamente del asesinato de 128.500 judíos, por lo que fue uno de los nazis más buscados en las últimas décadas. Durante la Segunda Guerra Mundial, Brunner deportó a 47.000 judíos desde Austria, a 44.000 desde Grecia o a 23.500 desde suelo francés. Todos directos a los campos de exterminio donde, en su mayoría, fueron asesinados. Unos crímenes por los cuales Francia juzgó y condenó a muerte a Brunner en 2001, a pesar de que no consiguió sentarlo en el banquillo de los acusados. En el campo de concentración de Drancy, a las afueras de París, que estuvo a su cargo, se estima que fueron muchos de los señalados por el criminal, entre ellos, cientos de niños. No obstante, Brunner nunca fue extraditado, en gran medida porque el Gobierno sirio se negó a reconocer que el acusado residió en su país. También Austria, en el año 2007, lo puso en busca y captura, para lo que llegó a ofrecer una suculenta recompensa a aquel que aportara alguna pista fehaciente. Sin embargo, nunca pudo detenido y juzgado por sus crímenes.

Finalmente, Brunner falleció sin haber puesto antes un pie en la cárcel por sus crímenes. Los servicios secretos occidentales e israelíes le perdieron la pista hacia 1992, después de haber dado unos años antes sendas entrevistas a la revista austriaca «Bunte» y al «Chicago Sun Times». En ambas reiteró no tener remordimiento alguno e incluso llegó a afirmar que haría otra vez lo mismo si tuviese la oportunidad.