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Cameron se defiende con una ley contra los evasores

El «premier» británico sale del paso de su implicación en los «papeles de Panamá» con la promesa de perseguir a los bancos y a los bufetes que fomenten los paraísos fiscales

Primera comparecencia de Cameron ante la Cámara de los Comunes desde que estalló el escándalo de los papeles de Panamá
Primera comparecencia de Cameron ante la Cámara de los Comunes desde que estalló el escándalo de los papeles de Panamálarazon

El «premier» británico sale del paso de su implicación en los «papeles de Panamá» con la promesa de perseguir a los bancos y a los bufetes que fomenten los paraísos fiscales

El «premier» David Cameron compareció ayer en Westminster tras reconocer que, en efecto, poseyó acciones por valor de más de 30.000 libras (37.500 euros) en Blairmore Holdings, un fondo de inversión «offshore» creado por su padre, Ian Cameron, citado en los «papeles de Panamá». El líder «tory» aceptó todas las críticas por la manera en que había gestionado el asunto, ya que durante tres días se negó a hacer comentarios al respecto. Sin embargo, una vez más, recalcó que ni él ni su progenitor, fallecido en 2010, habían cometido nada ilegal. «Lo único que hizo fue trabajar duro y estoy muy orgulloso de todo lo que creó», señaló.

Pese a la polémica, el primer ministro volvió a abanderar la lucha contra la evasión fiscal y anunció un proyecto de ley para facilitar que se persiga a los bancos y bufetes de abogados que ayuden a evadir impuestos a sus clientes. Los planes se dieron a conocer en febrero del año pasado. Pero ahora, tras el periodo de consulta, Cameron los quiere materializar en ley antes de que termine el año. De este modo, se tipificará una nueva clase de delito contra las empresas que «ayuden a la evasión de impuestos» y se creará un nuevo grupo de trabajo para ayudar a la Hacienda británica (HMRC, en inglés) a cazar a los defraudadores. Por otra parte, Cameron anunció también un acuerdo con territorios británicos de ultramar como las Islas Vírgenes, las Islas Caimán y la Isla de Man para compartir datos fiscales con Reino Unido. «Ningún Gobierno ha tomado acciones más robustas contra la evasión fiscal», señaló sin importarle las acusaciones de «hipócrita» por parte de la oposición.

«La gente trabajadora no entiende por qué los ricos consideran que no tienen que seguir las mismas reglas. Los ricos también deben pagar la parte que les corresponde», afirmó el líder laborista, Jeremy Corbyn, quien preguntó al «premier» por qué no había declarado las acciones del fondo «offshore» en Westminster. «No es nada sucio ser rico», replicó el primer ministro. Para disipar todo tipo de dudas sobre la legalidad de sus movimientos, Cameron se convirtió el domingo en el primer «premier» británico en publicar la declaración de la renta de los últimos siete años. Pero la jugada no salió como esperaba, ya que las cuentas revelaron el jugoso regalo de 200.000 libras (250.000 euros) que recibió de su madre en 2011, un año después de la muerte de su progenitor. La maniobra, aunque de nuevo legal, se utilizó, tal y como denuncia ahora la oposición, para evitar pagar el impuesto de sucesiones.

Al respecto, Cameron dijo que las donaciones entre padres e hijos están «totalmente reconocidas» en el sistema fiscal. «Muchos padres quieren ayudar a sus hijos a comprar su primer coche, a tener un depósito para su primera casa o afrontar los costes de iniciar una familia. Es completamente natural que los padres quieran hacer esas cosas. Es algo que debemos no sólo defender, sino fomentar con orgullo», afirmó.

El primer ministro defendió también que tanto el líder de la oposición como el responsable de las finanzas estatales deben ser transparentes con sus declaraciones de impuestos, si bien puntualizó que esa práctica no debe extenderse más allá en la política británica. En este sentido, argumentó que si se obliga a todos los diputados a revelar sus finanzas personales, como algunas voces han pedido en las últimas horas, podría cuestionarse si es necesario que los periodistas y los directores de empresas públicas, entre otros, sigan ese ejemplo. «Eso no debería ocurrir sin un largo y pausado debate, y no es la solución que yo recomendaría», subrayó.

De momento, tanto Jeremy Corbyn como la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, han publicado su última declaración de la renta, así como George Osborne, ministro del Tesoro, y Boris Johnson, alcalde de Londres, ambos favoritos a suceder a Cameron como líder del Partido Conservador.

Con todo, los «papeles de Panamá» continúan haciendo estragos. Los laboristas pidieron ayer una investigación tras conocerse que el nuevo presidente ejecutivo de la Hacienda británica (HMRC, en inglés), Edward Troup –nombrado en febrero por Cameron– era socio de Simmons & Simmons. Este bufete de abogados aparece en docenas de correos electrónicos y documentos en relación con compañías registradas por la firma panameña Mossack Fonseca. Asesoró, entre otros, a Blairmore Holdings, el fondo creado por el padre del líder «tory».