Francia

El campo francés amenaza con desencadenar la primera gran crisis para el Gobierno de Attal

Los agricultores protestan por la prohibición de los pesticidas, la subida de gastos y la competencia del cereal ucraniano

Clairmarais (France), 09/01/2024.- Hauts-de-France Regional Council president Xavier Bertrand (rear L) looks on as new French Prime Minister Gabriel Attal (C) speaks to local residents affected by flooding in the area as he visits a cafe and tobacconist in Clairmarais, northern France, 09 January 2024. Attal made his first official visit to the residents affected by the floods in the Pas-de-Calais department, northern France, following the handover ceremony at the Hotel Matignon in Paris. (In...
En su primer acto como primer ministro, Gabriel Attal visita el norte de Francia tras las inundacionesLUDOVIC MARIN / POOLAgencia EFE

“Aquí comienza el país de la resistencia agrícola” reza una lona de grandes dimensiones que cubre fardos de paja de tres metros de altura en la autopista A64 que va de Toulouse a Bayona, a la altura de la localidad de Carbonne. Aquí han decidido instalar su campamento de resistencia convertido en epicentro de pulso al nuevo gobierno de Gabriel Attal. Subida de gastos, prohibición de pesticidas, competencias de productos ucranianos, indemnizaciones de la crisis sanitaria con retrasos...y así una larga lista de agravios que han quemado la paciencia de un sector que ha decidido pasar en Francia, como en otros lugares de Europa, a un nivel de presión superior hacia las administraciones.

Desde hace días han venido cortando distintos tramos de esta autopista A64 y de otras vías del sur del país muy próximas a la frontera con España y Andorra. El principal sindicato agrícola (FNSEA) estudia la convocatoria de una gran protesta nacional durante las próximas semanas si las conversaciones con el nuevo Ejecutivo francés se estancan. Hoy lunes el primer ministro, Gabriel Attal, se reune con el presidente de FNSEA, Arnaud Rousseau, en un encuentro que demuestra como el gobierno francés ha comenzado a reaccionar ante el temor de que estalle una grave crisis. En cuestión de horas el ejecutivo galo ha multiplicado sus actos y contactos con el sector, siendo consciente de que el campo puede ser una bomba de relojería a siete meses de los Juegos Olímpicos de París y con la campaña de las elecciones europeas a la vuelta de la esquina. El presidente Emmanuel Macron, a sabiendas de que el país no puede permitirse ahora ninguna crisis social como las múltiples que azuzaron Francia el año pasado, pidió el viernes a los prefectos (delegados del Gobierno en cada departamento) que se reúnan desde este fin de semana con agricultores y ganaderos para escuchar sus reivindicaciones. El ministro de Agricultura, Marc Fesneau, visitaba durante este fin de semana una explotación lechera y asistía a continuación a una reunión con representantes de sindicatos agrícolas para tratar sobre todo una de las demandas del sector, la de la simplificación administrativa.

Ante estas negociaciones con el gobierno, el campo sube el tono. "El hartazgo de que los agricultores han expresado desde hace meses se transforma en cólera por toda Francia. Las palabras ya no bastan", ha subrayado en un mensaje en redes sociales el presidente del principal sindicato agrícola, Arnaud Rousseau. De entre todas sus reivindicaciones, la de los márgenes cobra un especial foco en estos momentos. Según algunas estimaciones, en 30 años, los ingresos netos habrían caído de media un 40% en el sector y los agricultores centran sus miradas contra normas europeas medioambientales que les han dejado indefensos transformándose en una ventaja desleal para la competencia. Las cuotas de irrigación a partir de los fuertes episodios de sequía en un contexto de calentamiento global también están en su punto de mira. Los sindicatos piden al gobierno que suavice algunos de los criterios del uso agrícola del agua. Respecto al uso de pesticidas, los sindicatos estiman que no puede exigirse una reducción del 50% de productos fitosanitarios de aquí a 2030 teniendo en cuenta que tan sólo un 4,9% de las compras son de productos bio según cifras del Comité de organizaciones profesionales agrícolas de la Unión Europea. A esto hay que añadirle la cuestión de los productos de Ucrania. Para apoyar su economía de guerra, la UE ha facilitado la importación de ciertos productos como el pollo o el azúcar. Un flujo extra de productos que ha fragilizado a la agricultura francesa según algunos sindicatos.

Políticamente, el Gobierno teme que si esta crisis con el campo se acentúa, la ultraderecha pueda sacar buen rédito de cara a las europeas. El objetivo del Ejecutivo es evitar las imágenes de los tractores bloqueando calles y carreteras como ocurre desde hace más de una semana. Pero las filas de Le Pen también han pasado al acto. Su joven candidato para las europeas, Jordan Bardella, ha visitado durante el fin de semana una explotación agrícola y ha mantenido reuniones con representantes de agricultores en el departamento de Gironda, al oeste del país, en un intento de aprovechar el enfado del sector en su beneficio.