América Latina
El partido de Bolsonaro sale reforzado de las elecciones municipales
Se impone en 510 ciudades frente a las 248 de Lula en unas elecciones que son la antesala de las presidenciales de 2026
La primera vuelta de las elecciones municipales en Brasil de este domingo ha servido como un termómetro para los grandes bloques políticos, el de la derecha asociada al «bolsonarismo» y el de la izquierda del presidente Luiz Inacio Lula da Silva. Desde antes que ocurrieran los pronósticos estaban en vilo, especialmente en la ciudad más importante, Sao Paulo, por la efervescente subida en preferencias de un «outsider» llamado Pablo Marçal, un vendedor de cursos online de autoayuda devenido en político.
Y aunque el representante del Partido Renovador Laborista Brasileño (PRTB) no pasará a la segunda vuelta, sí logró hacerse con el 28,14% de los votos –principalmente obtenido de las bases bolsonaristas– quedando a diferencia mínima de quienes pasaron a la segunda vuelta del 27 de octubre. El impacto de su movimiento puede significar futuros problemas para la plataforma de la derecha en las presidenciales venideras. Los resultados oficiales de la ciudad de más de once millones de habitantes, ubicaron como ganador al candidato de la izquierda, Guilherme Boulos (29,6%), frente al actual alcalde y aliado del expresidente Jair Bolsonario, Ricardo Nunes, quien logró el 29,49%.
Fue una de las contiendas más parejas de la jornada, además con la relevancia que le imprime no solo ser la metrópolis más poblada del país, sino también al ser la capital financiera del gigante suramericano. Pero en general el escenario municipal ha sido usado por los grupos políticos para medir la influencia de Bolsonaro y Lula en los votantes, con la mira puesta en la carrera presidencial de 2026. El actual mandatario no descarta buscar su reelección cuando tenga 80 años, y su rival está inhabilitado por decisión judicial.
En esta campaña, ambos líderes mostraron su apoyo a sus respectivos abanderados, pero poco hicieron presencia en actos de campaña, permitiendo que en algunas zonas la polarización no fuera tan intensa como en el escenario nacional. Además, el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula había decidido no presentar candidatos propios en buena parte de las capitales de Estado, para apoyar a los de partidos aliados. Por una parte como gesto del respaldo recibido por Lula para ganar las presidenciales y por otro visto los problemas del PT, todavía afectado por escándalos de corrupción.
En el resto de Brasil, los ciudadanos del gigante latinoamericano votaron para elegir a alcaldes y concejales en más de 5.500 localidades. En general, los resultados mostraron problemas para el PT en casi todo el territorio, incluso en su zona electoral histórica, al noreste del país donde el PT ganó en 248 municipios frente a los 510 donde venció el Partido Liberal (PL) de Bolsonaro. En las ciudades de más de 200.000 habitantes que por la ley brasileña pueden ir a segunda vuelta, el PL eligió diez alcaldes mientras que el PT dos. El partido de Lula tendrá que esperar a la segunda vuelta para ver qué capitales podrá ganar.
En contraste, en Río de Janeiro, la segunda ciudad más poblada del país, el apoyo a Lula recibió un fuerte respaldo con el actual alcalde, Eduardo Paes, consiguiendo su reelección con el Partido Socialdemócrata (PSD), con el 60,47% de los votos que le permitirán un cuarto mandato. Se impuso sobre el candidato de Bolsonaro, Alexandre Ramagem, que obtuvo el 30,81% de los votos, marcando un revés para el proyecto de Bolsonaro quien había contado con esa región como sostén electoral, pues allí comenzó su carrera política. Aun así, en esa ciudad el concejal más votado fue Carlos Bolsonaro, hijo del expresidente, que repite en el cargo gracias a más de 130.000 votos. Su otro hijo, Jair Renan, fue el concejal más votado en Balneario Camboriú, en el Estado de Santa Catarina. El otro familiar del exmandatario, su hermano Renato, fue derrotado en su intento de ser alcalde de Registro, en el Estado de Sao Paulo. Entre los diez concejales más votados de Duque de Caxias, en el Estado de Río de Janeiro, se encuentra también Fernanda Costa, hija de uno de los narcotraficantes más conocidos de Brasil, Fernandinho Beira-Mar, jefe del Comando Vermelho.
En total, se eligieron autoridades para 5.569 municipios del país, donde estaban convocados más de 153 millones de electores para participar usando urnas electrónicas. Hubo 453.302 candidatos, según el Tribunal Superior Electoral (TSE), un 21% menos que hace cuatro años. En Brasil el voto es obligatorio por ley, so pena de multa por la abstención. En las 15 capitales del país habrá que esperar a la segunda vuelta para conocer un ganador.
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