Venezuela
Carta abierta de Lilian Tintori
Mi esposo, Leopoldo López lleva 20 meses preso sin una prueba ni un testigo que lo incrimine con los cargos que le imputaron. Este juicio ha sido una farsa de principio a fin, y la sentencia de casi 14 años que le aplicó la jueza Susana Barreiros es una orden de linchamiento político del Ejecutivo. Desde hace unos días contamos con una evidencia irrefutable: el fiscal Franklin Nieves, uno de los dos fiscales acusadores, decidió escapar de Venezuela y contar lo que todos sabemos: que Leopoldo es inocente, que fue instruido para condenarlo.
Esta declaración no viene sin el dolor inmenso de saber que alguien pudo manipular la verdad para condenar a un inocente bajo órdenes de sus superiores, que siguió instrucciones para fabricar pruebas y luego condenarlo quitándole hasta ahora 20 meses de libertad, una situación que seguramente ha sido replicada con los demás presos políticos.
Nadie nos puede devolver las horas, los días y los meses que nos han quitado de tiempo en familia, las noches interminables en las que sabemos que le hacen requisas violentas, los castigos de los 20 meses que lleva preso Leopoldo –ha pasado nueve meses aislado–. El daño ya está hecho, pero los venezolanos debemos ver hacia delante y no debemos ni podemos dejarnos quebrar por un Estado que quiere destrozarnos moralmente y que adoptó como práctica la persecución política, torturando y encarcelando injustamente a quienes piensan distinto. En Venezuela hay 77 presos políticos, más de 200 casos de torturas documentados y orden de captura contra directivos de medios de comunicación.
Esta situación de persecución es muy dura para mí y para mi familia. Leosan, nuestro hijo menor, de dos años, aprendió a caminar en la celda de su padre y Manuela, mi hija de seis años, me pregunta si su padre morirá en la cárcel y me dice: «Mami, si la gente quiere tanto a papi, ¿por qué Maduro lo tiene preso?». Le explico que a veces los héroes deben hacer esos sacrificios, porque, como dijo Leopoldo, «las grandes causas merecen grandes sacrificios» y definitivamente la libertad de Venezuela es la causa más grande que debemos defender.
Nuestra familia sufre porque Leopoldo está preso, pero Venezuela también está presa en sus derechos, en la escasez, las colas, la violencia, la falta de servicios de calidad y la violación sistemática de nuestros derechos fundamentales. Este Gobierno le ha fallado a la gente y el 6 de diciembre los venezolanos tenemos una oportunidad para cambiar esta realidad con el voto en las parlamentarias. Casi un 90% de los venezolanos quiere un cambio. El Gobierno no ha aceptado la observación internacional para garantizar la transparencia y legalidad a través de la OEA y la UE, y ante eso debemos ser muy vigilantes.
Aprovechando esta nueva oportunidad de ejercer nuestros derechos, lanzamos la campaña «Todos por la Libertad», con una plataforma amplia e inclusiva que busca movilizar a la población por la defensa de la libertad, lograr la libertad de los 77 presos políticos, que incluyen a nuestro alcalde Antonio Ledezma y al alcalde ilegalmente depuesto de San Cristóbal, Daniel Ceballos. Vamos a recorrer el país y sumar a cada uno de los protagonistas en el cambio que merecemos todos los venezolanos, un futuro de paz, prosperidad y libertad. Una Venezuela que necesita que nos abracemos como hermanos y nos encontremos en el perdón y la reconciliación, porque sólo así lograremos construir el sueño de «La Mejor Venezuela».
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