Asia

China apuesta por el expansionismo con un aumento del presupuesto militar del 7,2%, el doble que EEUU

El primer ministro del gigante asiático asegura que "luchará" contra lo que considera "actos de hegemonismo y autoritarismo"

En el escenario político chino donde los destinos de la nación se entretejen entre luces y sombras, el primer ministro chino Li Qiang anunció el martes un ambicioso objetivo de crecimiento económico para este año de en torno al 5%, y prometió medidas para transformar el modelo de desarrollo del país y reducir los riesgos derivados de la quiebra de los promotores inmobiliarios y el endeudamiento de las ciudades. Al presentar su primer informe de trabajo en la reunión anual de la Asamblea Popular Nacional, el dirigente hizo a su vez hincapié en el aumento del gasto de defensa al tiempo que endureció la retórica sobre Taiwán.

En esta ocasión, el número dos del Gobierno chino apostó por la estabilidad pronosticando un moderado crecimiento bajo el amparo de Xi Jinping, quien ocupó de forma ostensible el centro del majestuoso escenario del Gran Salón del Pueblo. "Seguiremos progresando y garantizando la estabilidad", prometió al desvelar esta meta prevista en línea con los resultados del año pasado (5,2%), pero sin anunciar ningún plan de estímulo masivo. Eso si, con la prioridad de modernizar el sector tecnológico e industrial para hacer frente al desafío de Occidente.

El leal discípulo del secretario general reconoció que ha habido vientos en contra, admitió que la recuperación será ardua, e incluso detalló dónde se encontraban las grietas apuntando a “los riesgos y peligros potenciales en el sector inmobiliario, la deuda de los gobiernos locales y las pequeñas y medianas instituciones financieras. En estas circunstancias, nos enfrentamos a muchos más dilemas a la hora de tomar decisiones políticas y realizar nuestro trabajo.", aseguró.

Este objetivo de crecimiento es relativamente ambicioso en comparación con el año pasado, sobre todo si se tiene en cuenta la tibia recuperación de China tras la pandemia, los desafíos del alicaído sector inmobiliario, un mercado bursátil de capa caída, un altísimo desempleo juvenil, la deflación recurrente, la fuga de capitales y la escasa confianza de los consumidores.

Con todo, el Partido Comunista trata de restaurar la confianza en las perspectivas a largo plazo y aprovechar los nuevos motores del crecimiento, como las energías limpias y los vehículos eléctricos. Asimismo, el informe de Li Quiang destacó el nuevo gasto en inteligencia artificial y un plan para "intensificar la investigación en tecnologías de vanguardia".

Crisis mercado inmobiliario

Pero estos esfuerzos podrían verse frenados por una maraña de problemas en torno al sector del ladrillo: un exceso de apartamentos, empresas y gobiernos locales con problemas de deuda, o compradores de viviendas reacios a invertir dinero en inmuebles cuando los valores están bajando.

Sin duda, uno de los principales factores que lastran el crecimiento chino es la crisis del mercado inmobiliario y de la propiedad, como demuestran la quiebra del gigante inmobiliario Evergrande, los crecientes problemas de endeudamiento de Country Garden y los impagos de al menos otros 50 promotores. Durante la última década, la promoción inmobiliaria ha sido el principal motor del crecimiento, representando alrededor del 25% del producto interior bruto.

Por otra parte, Pekín mejorará las políticas de apoyo a la natalidad y detalló planes para apoyar a una población anciana cada vez más numerosa, aumentando las prestaciones y las pensiones básicas e impulsando un sistema privado de pensiones. El objetivo a escala nacional es crear más de 12 millones de nuevos puestos de trabajo en las ciudades y lograr que la tasa de desempleo urbano en todos los grupos demográficos de trabajadores se sitúe "en torno al 5,5%".

Según la narrativa oficial china, la reforma y la apertura han sido siempre un motor sistémico del crecimiento económico de China. Por otra parte, organizaciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial han subrayado que la transformación del modelo de crecimiento chino y la realización de reformas estructurales son importantes para su crecimiento sostenible.

Incremento del presupuesto de defensa

Por otra parte, el anuncio del Gobierno chino del aumento del 7,2% en el gasto de defensa este año hasta los 1,665 billones de yuanes (231,352 millones de dólares, 213,242 millones de euros) refleja una clara tendencia al alza en los últimos años bajo el liderazgo de Xi, y demuestra la determinación de fortalecer su capacidad militar y proyectar su influencia en la región. Como en años anteriores, el informe de la APN no desglosa la asignación de los gastos de defensa, sugiriendo únicamente que los fondos volverán a repartirse a partes iguales entre tres grandes categorías: adquisición de equipos, personal, así como formación y mantenimiento.

El despliegue del gasto militar de este año se produce en un contexto en el que varios generales del Ejército Popular de Liberación, entre ellos el anterior ministro de Defensa del país, Li Shangfu, han perdido sus puestos en el marco de la amplia investigación anticorrupción llevada a cabo por Xi el año pasado.

Como prioridades de la diplomacia de este año, China se ha comprometido a promover un mundo multipolar equitativo y ordenado y a mantenerse firme contra la "intimidación" y el "hegemonismo". En la última década, el país ha intensificado su ofensiva diplomática para presentarse como una fuerza clave en un orden mundial cada vez más multipolar, especialmente en oposición a lo que los medios estatales chinos califican de caos en Estados Unidos y Europa. Además, pretende erigirse en líder neutral en el mundo en desarrollo, desde Oriente Medio hasta África, donde han aumentado las peticiones de reforma del sistema internacional dominado por Occidente.

Oposición a la independencia de Taiwán

En cuanto a Taiwán -que China reivindica como provincia renegada que debe unirse al continente, por la fuerza si es necesario-, en esta ocasión Pekín omitió la mención a la "reunificación pacífica" y reiteró que "se opone resueltamente a las actividades separatistas de independencia y a la injerencia exterior para promover el desarrollo pacífico de las relaciones a través del Estrecho". En el ámbito político, la reciente elección de William Lai como presidente taiwanés ha generado un marcado desprecio por parte de la dirección del Partido Comunista Chino, que lo califica abiertamente de secesionista.

En los últimos años, China ha intensificado sus movimientos militares y de "zona gris", incluyendo repetidos "entrenamientos de combate" alrededor de la isla democrática. Esto ha exacerbado la preocupación por una posible invasión china, a pesar de las insinuaciones del presidente estadounidense, Joe Biden, de que Washington ayudará militarmente a Taiwán en caso de conflicto.

La delicada y volátil situación en el estrecho de Taiwán ha tenido su apogeo en las últimas semanas cerca de Quemoy -un archipiélago también conocido como Kinmen y controlado por Taiwán- tras la muerte de dos supuestos pescadores de China continental cuya embarcación volcó durante una persecución de los guardacostas taiwaneses. Por su parte, los vigilantes costeros chinos han intensificado las patrullas en las aguas próximas a las islas, situadas a pocas millas náuticas de la ciudad continental de Xiamen, un hecho que ha exacerbado aún más las fricciones bilaterales.