Rearme en Asia
China arroja más leña a su presupuesto militar mientras se prepara para la guerra
Pekín quiere encargar nuevos cazas de combate y realizar las primeras maniobras con su tercer portaaviones durante este año
Japón anunció el pasado diciembre un aumento de su gasto en seguridad para enfrentar a China, al que considera ya el mayor desafío geopolítico desde la Segunda Guerra Mundial. Tokio dejó atrás su política militar exclusivamente defensiva y anunció la compra de cientos de misiles Tomahawk de fabricación estadounidense. Las grandes potencias de Asia se han embarcado en un rearme en los últimos años, incluida China, que este fin de semana ha anunciado en la Asamblea Popular Nacional un crecimiento de su presupuesto en Defensa del 7,2%, lo que supondrá llegar hasta los 224.790 millones de dólares.
Los analistas chinos afirman que se trata de un crecimiento moderado "de un solo dígito" por octavo año consecutivo en comparación con los "desmanes" en el gasto militar de otros países de la región en medio de las tensiones internacionales que amenazan la seguridad global.
El Gobierno deXi Jinping sostiene que este aumento es necesario para salvaguardar la soberanía nacional, la integridad territorial y sus políticas para hacer frente a inestabilidades externas. Pero sobre todo se mantiene en el camino trazado para completar la actualización de sus fuerzas armadas de cara a un posible enfrentamiento militar con Estados Unidos y una invasión de la isla de Taiwán, cuya soberanía es reclamada por Pekín.
China pretende culminar la modernización del Ejército Popular de Liberación (EPL) para 2027 y convertir a sus fuerzas armadas en hegemónicas para mediados de siglo XXI justo en el momento en que se cumplirá el primer centenario de la fundación del ejército. Para ello, los expertos consideran que este nivel de gasto en seguridad se mantendrá durante las próximas décadas.
Para Pekín resulta crucial el desarrollo y adquisición de nuevas armas y equipos bélicos así como mantener el ritmo de maniobras y ejercicios militares enfocados al combate de las tropas. Li Qiang, el ex presidente del Partido Comunista Chino de Shanghái y próximo primer ministro, instó al gobierno a “fortalecer integralmente el entrenamiento en preparación para la guerra”.
The Global Times, periódico chino alineado con el régimen, asegura que este año el Ejército Popular de Liberación encargará nuevos aviones de combate más avanzados, incluido el caza de quinta generación J-20 y los aviones de combate multiusos J-16 en un momento en que los cazas J-7 están siendo desmantelados. En el transcurso de este año también están previstas maniobras con el tercer portaaviones chino, botado el año pasado, el Fujian, fabricado con tecnología china y equipado con catapultas electromagnéticas.
Uno de los puntos fuertes de la estrategia de seguridad china es el reforzamiento de la marina de guerra. En tres décadas, Pekín ha pasado de depender de la industria naval rusa a desarrollar una armada cada vez más poderosa que incluye destructores, patrulleros, tres portaaviones basados, en muchos casos, en diseños soviéticos.
Desde la Asamblea Nacional se ha tratado de lanzar un mensaje en positivo. "La modernización militar no representará una amenaza para ningún país, sino una fuerza positiva para salvaguardar la estabilidad regional y la paz mundial”, dijo Wang Chao, portavoz del congreso. Pero lo cierto es que los temores por lo que desde Occidente se denomina "expansionismo chino" son cada vez mayores. Y no solo por sus aspiraciones de soberanía de Taiwán. Pekín ha construido islas artificiales en el Mar de China Meridional con instalaciones militares y está buscando acuerdos en seguridad con pequeños países del Indo-Pacífico, como el firmado el año pasado con islas Salomon.
Provocaciones en el Mar de China Meridional
Desde China se considera que Estados Unidos ha estado provocando con la visita a Taiwán el verano pasado de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, pero también con el envío continuo de aviones de guerra por el Mar de China Meridional, una región sobre la que Pekín reclama la soberanía total. Washington reclama su derecho a navegar por aguas internacionales y asegura que el objetivo es el mantenimiento del "estatus quo" en el Indo-Pacífico.
Pekín replica que EEUU gasta 817.000 millones de dólares en su presupuesto anual, el triple que China. Japón planea un gasto defensivo 51.000 millones de dólares, lo que supone un 26,3% más que el año anterior. India, otra potencia regional con la que el régimen de Xi mantiene varias disputas territoriales, subirá su presupuesto en seguridad en un 13%. China tiene el segundo presupuesto militar más alto del mundo, por detrás de EEUU, pero la porción del PIB es del 1,7%, por debajo del promedio mundial, dijo Wang Chao.
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