Avión de combate

China construye el primer radar cuántico del mundo: los modernos aviones de Estados Unidos ya no podrán escapar

Pekín pone en jaque la superioridad aérea de Estados Unidos con la producción en masa de un nuevo detector cuántico, un componente esencial para desarrollar radares capaces de localizar incluso a los cazas furtivos más avanzados

Avión volando en el cielo
China construye el primer radar cuántico del mundo: los modernos aviones de Estados Unidos ya no podrán escaparWikimedia Commons

La hegemonía aérea de Estados Unidos, construida durante décadas sobre el pilar de la tecnología furtiva, se enfrenta a un órdago en toda regla lanzado desde Pekín. El Gobierno chino ha puesto en marcha la producción de un componente que amenaza con hacer transparentes a sus cazas más avanzados, como el F-22 Raptor. El objetivo es neutralizar la joya de la corona de la Fuerza Aérea estadounidense y reequilibrar el tablero de poder militar en los cielos. Este desafío tecnológico de Pekín llega en un momento delicado, justo cuando el Pentágono debate el futuro de su avión de combate más letal, cuya supremacía ahora se ve cuestionada.

De hecho, la propuesta china supone un salto conceptual frente a los sistemas de detección tradicionales. Mientras que los aviones furtivos están diseñados con formas y materiales que desvían o absorben las ondas de radio convencionales para ser casi invisibles, la nueva tecnología cuántica opera en un plano completamente distinto. Su método se basa en analizar el estado cuántico de los fotones individuales tras chocar con un objeto, delatando su presencia sin importar lo sigiloso que sea.

Asimismo, este movimiento consolida una estrategia que China lleva tiempo desarrollando. El anuncio de la producción en masa de un nuevo detector de fotón único de cuatro canales, calificado por las autoridades chinas como el «primero del mundo», es la culminación de años de investigación. Un hito que asienta los avances previos, como el desarrollo de un prototipo con un alcance de 100 kilómetros del que ya informó en su día el medio Interesting Engineering. Este tipo de avances tecnológicos son los que alimentan la tensión en la región, donde EEUU también ha desplegado 'superarmas' que China considera una amenaza directa.

Un avance compacto con implicaciones mayúsculas

En este sentido, el nuevo componente presenta una ventaja fundamental para su despliegue operativo: su tamaño. El dispositivo supone una notable miniaturización del sistema, ocupando apenas una novena parte del espacio que requieren otros productos similares de un solo canal disponibles en el mercado. Esta reducción facilita enormemente su integración en todo tipo de plataformas militares, ya sean terrestres o aéreas.

Por otro lado, a sus reducidas dimensiones se suman otros beneficios tácticos de gran importancia en un escenario de conflicto. Los radares cuánticos no solo consumen menos energía, sino que son mucho más difíciles de detectar por los sistemas de alerta enemigos, lo que les concede una superioridad operativa crucial. La iniciativa de Pekín se interpreta, por tanto, como una respuesta directa a la carrera tecnológica en la que está inmerso Estados Unidos para desarrollar su propia familia de cazas de sexta generación.