Horror en China: ejecutan al padre que tiró por la ventaja a sus dos hijos menores para mantener una relación con su amante "sin obstáculos"

Tras cometer un acto de extrema crueldad, China ha llevado a cabo la ejecución de una pareja culpable del atroz crimen de dos inocentes niños que fueron lanzados desde el piso 15 de un edificio de apartamentos de la municipalidad de Chongqing, en el suroeste del país.

El Tribunal Supremo Popular chino revisó el caso y declaró que el acusado Zhang Bo, padre de las criaturas, y la demandada Ye Chengchen, novia de Zhang, cometieron asesinato premeditado, lo que les ha llevado a enfrentarse a la más severa de las penas.

Este oscuro y perturbador caso conmocionó hace tres años a la sociedad china. La historia comenzó cuando el padre de las criaturas entabló una relación extramatrimonial con Ye. Poco después de divorciarse de su entonces esposa, Chen Meilin, en febrero de 2020, ocurrió lo impensable. En noviembre de ese año, y tras llamar a sus hijos de uno y dos años a su apartamento, los arrojó sin piedad por la ventana del rascacielos.

Los medios locales informaron que Ye Chengchen fue declarada culpable de asesinato y sentenciada a la pena capital por su participación en este acto de violencia extrema. Según el veredicto emitido por el Tribunal Popular Intermedio nº 5 de Chongqing, esta habría ejercido una influencia coercitiva sobre su pareja, obligándolo a cometer este horrendo crimen.

Los documentos judiciales revelan que la amante y cómplice tenía fuertes objeciones a que su futuro esposo tuviera hijos de relaciones anteriores. Con la oposición de sus padres a casarse con un hombre que ya era padre instó repetidamente a Zhang a que acabara con la vida de sus propios hijos.

Esta trama retorcida y escalofriante ha dejado a la comunidad perpleja, cuestionando los límites de la maldad humana y reflexionando sobre la tragedia de la violencia familiar.

La noticia se conoció el mismo día en que se ejecutó a Wu Xieyu, declarado culpable de matar a su madre golpeándola repetidamente con una mancuerna en 2015, según un comunicado de un tribunal de la provincia oriental de Fujian.

El gigante asiático ha gozado durante mucho tiempo de la reputación de ser el principal verdugo del mundo, pero en las últimas décadas se ha vuelto mucho más receptivo a las tendencias internacionales y a las obligaciones en materia de derechos humanos. Las sentencias se dictan con frecuencia por delitos que van desde el tráfico de drogas a la corrupción y el asesinato, siendo la inyección letal el método de ejecución más habitual.

En 2007, el Tribunal Supremo Popular del país asumió la facultad de revisar todas las condenas a muerte dictadas por un tribunal inferior. Aunque lamentablemente el índice de ejecuciones sigue siendo un secreto celosamente guardado, se rumorea que su número se ha reducido al menos a la mitad desde esta reforma.

Posteriormente, en febrero de 2011, China abolió la pena capital para 13 delitos no violentos, reduciendo el número de los castigados de 68 a 55, y prohibió esta sentencias para los delincuentes mayores de 75 años. Más adelante, cuando se sometió a una nueva revisión en 2015, su aplicación se redujo de nuevo en 9 infracciones, con lo que el número de crímenes castigados con ella asciende a 46 en la actualidad.