Tensiones en el Pacífico

China ensaya un ataque hipersónico contra un portaaviones de Estados Unidos

Los investigadores militares concluyen que el portaaviones USS Gerald R. Ford y su flota podrían ser destruidos “con certeza” en una eventual ofensiva

El misil hipersónico lanzado por China en agosto del año pasado
El misil hipersónico lanzado por China en agosto del año pasadoTwitterTwitter

Pekín ha hecho públicos por primera vez los resultados de una simulación de guerra en la que ataca con misiles hipersónicosobjetivos militares de Estados Unidos en aguas del Pacífico. Un equipo de investigadores de la Universidad del Norte de China asegura en un informe haber utilizado un total de 24 misiles hipersónicos antibuque para hundir el portaaviones más moderno de la Marina norteamericana, el CVN-78 Gerald R. Ford, en compañía de un crucero CG56 clase Ticonderoga, el San Jacinto, y cuatro destructores de misiles guiados DDG-103 clase Arleigh Burke Flight IIA.

La principal conclusión que han alcanzado los investigadores chinos después de realizar 20 simulaciones de combate es que las armas hipersónicas podrían resultar “catastróficas” para los objetivos navales de Estados Unidos. El grupo de portaaviones norteamericano, considerado hasta la fecha insumergible mediante el uso de armas convencionales, podría ser “destruido con certeza” por una cantidad relativamente reducida de misiles hipersónicos, de acuerdo con la revista china Journal of Test and Measurement Technology, donde se publicaron los resultados.

La investigación, dirigida por el académico Cao Hongsong, experimentado en tecnología de simulación virtual y de control inteligente de misiles y cohetes, detalla que los seis buques de superficie de la Marina estadounidense seleccionados por su “avanzada tecnología” quedaron destrozados y acabaron hundiéndose en la simulación, aun contando con las restricciones impuestas en la simulación al Ejército Popular de Liberación (EPL). En este sentido, Cao explicó que el principio subyacente del juego de guerra pasa por ser “indulgente con el enemigo y estricto con uno mismo”.

En la simulación se utilizaron dos modelos de misiles hipersónicos antibuque con distintas prestaciones. Varios fueron virtualmente lanzados desde lugares alejados, como el desierto de Gobi. Aunque algunos analistas subrayan que el rendimiento de estas armas en un enfrentamiento real difiere en gran medida de los resultados en los juegos de guerra, especialmente por las condiciones del terreno, la meteorología y otros factores. Los resultados, por lo tanto, no son incuestionables a pesar de su fiabilidad.

Los planificadores militares, cada vez más habituales, utilizan sofisticadas simulaciones de juegos de guerra para evaluar diversos escenarios y desarrollar estrategias. El objetivo de los investigadores chinos en este caso era poner a prueba el portaaviones de clase Ford, en servicio en la Marina de EE UU desde 2017, que cuenta con un sistema pionero de lanzamiento electromagnético y sistemas de radar y guerra electrónica de última generación. Una tecnología que detecta las amenazas entrantes, mientras que las múltiples capas de blindaje y los sistemas de protección están diseñados para reducir el impacto de los ataques con misiles y otras armas de fuego enemigas.

La Universidad del Norte de China, ubicada en Taiyuan, la capital de la provincia de Shanxi, está estrechamente vinculada con el Ejército chino. Buena parte de sus estudiantes pasa después a trabajar en la industria de defensa aeroespacial. No sorprende, por lo tanto, el contexto de publicación del estudio, que se produce en el marco de una fuerte escalada de las tensiones con Estados Unidos en el Pacífico, sobre el contencioso de Taiwán, una isla autónoma que Pekín considera “rebelde” y sobre la que defiende su soberanía.