Relaciones Estados Unidos-China

China se prepara para una guerra con Estados Unidos

El Pentágono sostiene que Pekín «está entrenando» para atacar objetivos estadounidenses y ha ampliado «sus áreas operativas de bombardeos», especialmente en regiones marítimas críticas

Buques de guerra chinos durante un despliegue en aguas del Mar del Sur de China este año
Buques de guerra chinos durante un despliegue en aguas del Mar del Sur de China este añolarazon

El Pentágono sostiene que Pekín «está entrenando» para atacar objetivos estadounidenses y ha ampliado «sus áreas operativas de bombardeos», especialmente en regiones marítimas críticas.

Las enemistades de Trump y sus continuas amenazas a las relaciones comerciales en el mundo no son ningún juego de niños. El efecto colateral de su guerra comercial con diversos países podría ir mucho más allá de las palabras, mucho antes de lo previsto. Y China podría ser la primera en reaccionar. Así lo pone de manifiesto un informe presentado por el Pentágono, a petición del Congreso estadounidense, en el que se detalla el desarrollo militar chino durante el año pasado. Este inédito informe del Departamento de Defensa de Estados Unidos da a conocer detalles de cómo China estaría desarrollando activamente su flota de bombarderos de largo alcance y, por otro lado, entrenando a sus pilotos para misiones dirigidas al país estadounidense. «En los últimos tres años, el Ejército Popular de Liberación chino ha expandido rápidamente sus áreas operativas de bombarderos sobre el agua, adquiriendo experiencia en regiones marítimas críticas y probablemente entrenando para ataques contra objetivos estadounidenses y aliados», revela el informe del Pentágono.

Por otro lado, China podría estar buscando también tener una capacidad nuclear en esos bombarderos de largo alcance ya que, según se desprende del reporte, la fuerza aérea china «ha sido resignada a una misión nuclear». Este hecho podría suponer «el despliegue y la integración de los bombarderos con capacidad atómica, por primera vez, proporcionaría a China una tríada nuclear de sistemas de entrega dispersos por tierra, mar y aire», según detalla el documento del Departamento de Defensa. Además de estos bombarderos ya aptos para su funcionamiento, al parecer China está desarrollando también otra nave estratégica más sigilosa de largo alcance con capacidad nuclear que podría poner en marcha durante la próxima década.

El informe pone de manifiesto que Pekín está fortaleciendo rápidamente su programa militar espacial, «a pesar de su postura pública contra la militarización del espacio», señala el Pentágono, que este mes anunció precisamente un plan para crear una «Fuerza Espacial» que, entre otros objetivos, serviría para frenar la posible amenaza de un rival como China.

La investigación publicada por el Departamento de Defensa deja patente, por otro lado, que China está desplegando «capacidades militares cada vez más avanzadas, destinadas a coaccionar a Taiwán», en un intento de evitar su autogobierno y una posible declaración de independencia.

Esta información se da a conocer en un momento de crecientes tensiones entre EE UU y China, no solamente por las continuas desavenencias en materia de comercio, sino también por la oposición de la Administración Trump hacia las acciones de Pekín en Taiwán y el Mar de China Meridional.

Y es que, antes incluso de que el Pentágono sacara a la luz los detalles de este informe, la cúpula militar china mostró su malestar hacia Washington hace unos días por el nuevo proyecto de defensa estadounidense destinado a cooperar estrechamente con Taiwán. Para ello, se supo también que Estados Unidos cuenta con un presupuesto de 717.000 millones de dólares. El ministro de Defensa de China, Wu Qian, emitió el martes un comunicado declarando que el país estadounidense está «lleno de mentalidad de Guerra Fría» y, en referencia a Trump, que «un hombre no puede prosperar sin honestidad, así como tampoco puede hacerlo un país».

El ministro de Defensa chino instó a Estados Unidos «a cumplir sus promesas con respecto a la cuestión de Taiwán y a defender la política de una sola China». El Gobierno de Pekín aboga por la unidad de la China continental, incluyendo la isla como parte integral de su territorio, a pesar de que la «isla hermosa» de Taiwán se autogobierna desde 1945.

La creciente influencia de China en el mundo, más allá de su poder comercial, es una realidad que también resalta el reciente informe, además de las amenazas del país chino a Estados Unidos y a sus aliados. Entre dichas amenazas destaca la información detallada del Pentágono sobre el establecimiento de la primera base militar china en el extranjero, creada en Yibuti en julio del año pasado, con el fin de «establecer otras adicionales en países en los que mantiene una relación amistosa de larga duración e intereses estratégicos similares, como Pakistán, y en los que existe un precedente para el alojamiento de militares extranjeros».

Varios meses después de la apertura en la estratégica localización de Yibuti, situada en el cuerno de África, China adquirió también el puerto de Hambantota en Sri Lanka, aunque con cierta controversia. «Esta base militar puede ayudar a la Armada China a ir más lejos, por lo que significa mucho», aseguró el Ejército Popular de Liberación en un editorial publicado en prensa.

Por otro lado, el bajo perfil del país le ha permitido a China desarrollar también otras competencias de las que poca constancia se tenía hasta ahora. «Misiles cinéticos, láseres terrestres y robots espaciales en órbita» podrían permitir a las autoridades Pekín expandir sus capacidades de vigilancia espacial «para monitorear objetos en todo el mundo y en el espacio, así como permitir acciones contra-espaciales», según revela el informe.

Este nuevo frente abierto con China añade más hierro a los asuntos del presidente Donald Trump en política internacional, aunque en esta ocasión, más allá de la guerra comercial, podría ser mayores las consecuencias en juego.