Ankara

Cien generales, en el punto de mira del sultán

El contragolpe del presidente. Erdogan despide a 8.000 policías y detiene a 30 gobernadores. Los islamistas acosan en las calles de Ankara a los opositores al régimen

La Razón
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Continúa la caza de brujas en Turquía. Casi 20.000 cargos públicos han sido detenidos y cesados de sus puestos en las últimas horas. Desde que la pasada noche el presidente Recep Tayyip Erdogan ordenara purgar de traidores las instituciones públicas, más de 8.000 agentes de Policía han sido despedidos y obligados a devolver las armas. Además, casi 9.000 trabajadores de la agencia de comunicación Anadolu, 30 gobernadores provinciales, más de 50 inspectores del servicio civil, 16 consejeros del Estado, 50 funcionarios del alto nivel, 650 civiles, 100 oficiales de policía y 9.000 funcionarios del Ministerio del Interior han sido arrestados. La Policía también ha detenido a 103 generales y almirantes de las Fuerzas Armadas bajo la acusación de haber estado involucrados en el alzamiento.

Esta cifra se suma a la de otra gran limpieza: más de 6.000 militares y 3.000 jueces y fiscales han sido detenidos en lo que se evidencia como el triunfo de los conservadores. Algunos de los magistrados fueron apresados a la entrada de las Cortes, entre ellos se encontraba Osman Sanal, fiscal del «caso Ergenekon». El juicio, que duró de 2008 a 2014, supuso la condena para cientos de altos cargos militares acusados de conspiración contra el Estado.

Además, el Ministerio de Hacienda perdió durante la jornada de ayer cerca de 1.500 funcionarios y se ha iniciado un proceso disciplinario para casi 50 miembros del Consejo de Estado. Los arrestados, acusados de traición, serían acólitos, según el Gobierno, de la red del «Estado paralelo» dirigida desde el exilio por el clérigo Fetullah Gülen. El que fuera antaño aliado del Ejecutivo es hoy el enemigo número uno del Estado y sobre el que se dirige el dedo acusador de orquestar un golpe militar contra Erdogan. Según el presidente, éste habría estado encabezado, además, por el comandante de la Fuerza Aérea, Akin Özturk, que se encuentra actualmente bajo arresto.

Ante el gran número de arrestos en Ankara y Estambul han comenzado a surgir voces que dudan acerca de la legalidad de las detenciones. Según el comisario europeo de Política de Vecindad, Johannes Hahn, «parece como si todo hubiera estado ya preparado. Las listas estaban disponibles, lo que indica que se requirió de un periodo para elaborarlas. Estoy muy preocupado. Es justo lo que temíamos».

La deriva autoritaria e islamista del país se ha apoderado de las calles. Al grito de «Alá es grande», los conservadores permanecen en el centro de la capital, Ankara, donde solicitan desde hace días el retorno de la pena capital, suspedida hace una década. Mientras, la violencia se desata. En Malatya, Estambul y Antakya, los barrios de los alevíes han resultado arrasados por los islamistas, que acusan a esta confesión de herejes e izquierdistas.

Ayer, el vicealcalde del distrito istanbuleño de Sisli, Cemil Candas, miembro del Partido Republicano del Pueblo (CHP), tradicionalmente kemalista y opositor al Gobierno, resultó herido de gravedad después de que varios atacantes irrumpieran en su despacho.

Los asaltantes dispararon a la cabeza al parlamentario, según informa NTV. Este acto se produjo horas después de que el presidente Erdogan instara a «erradicar el virus de los golpistas», que deja ya casi 300 muertos.