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Brexit

Cinco escenarios para el Brexit

Partidarios de la permanencia de Reino Unido en la UE se manifiestan frente a Westminster. Foto: Efe
Partidarios de la permanencia de Reino Unido en la UE se manifiestan frente a Westminster. Foto: Efelarazon

A punto de cumplirse tres años del referéndum en el que los británicos votaron a favor de abandonar la UE, es una incógnita saber cómo y cuándo se producirá (o no) el divorcio. Estos son cinco de los escenarios más probables.

1. Brexit suave con acuerdo

Finalmente, la clase política británica logra alcanzar un acuerdo para permitir que Reino Unido abandone de forma pacífica la Unión Europea tras 44 años de permanencia el 12 abril. El divorcio pacífico supondría, entre otras cosas, el reconocimiento recíproco de los derechos de los que actualmente gozan los tres millones ciudadanos comunitarios en Reino Unido y el millón de británicos en la UE. Arrancaría entonces un período de transición hasta el 31 de diciembre de 2020 que permitiría a los británicos adaptarse a su nueva situación. Londres y Bruselas comenzarían de inmediato la negociación para definir su relación futura.

2. Unión aduanera

Es la opción preferida por la oposición laborista, que Reino Unido permaneciera en la unión aduanera tras su salida de la UE. Es, por tanto, la baza que podría ofrecer Theresa May al líder laborista, Jeremy Corbyn, a cambio de apoyar el acuerdo de salida en los Comunes. Otra ventaja es que esta fórmula evitaría la necesidad de aplicar el controvertido “backstop” para evitar una frontera dura entre las dos Irlandas. De ahí que los unionistas del DUP, socios del Gobierno “tory” en minoría, lo vean como un mal menor, ya que evitaría que el Ulster tuviera un estatus distinto al del resto de Reino Unido. Esta salida se quedo a solo tres votos de triunfar el pasado lunes en el Parlamento.

Sin embargo, no todo es tan fácil. Para muchos laboristas, favorables a un relación lo más estrecha posibles con los Veintisiete, esta fórmula no es suficiente, pues colocaría a Reino Unido al mismo nivel que Turquía, que mantiene desde hace décadas una unión aduanera con la UE. Mientras, para los euroescépticos “tories” más recalcitrantes, supondría un “línea roja” que no están dispuestos a traspasar, dado que este estatus les impediría negociar acuerdos comerciales con terceros, tal y como ambicionan.

3. El modelo Noruega Plus

Con un pie en el Mercado Único europeo y sin obligaciones políticas. Ésta es la vía que Noruega ha encontrado tras ver cómo en dos ocasiones (1972 y 1994) sus ciudadanos rechazaban en referéndum ingresar en la UE. Esta opción, impulsada por los diputados laboristas y también conocida con “Mercado Común 2.0”, seduce a aquellos que quieren una fuerte relación con el bloque comunitario. Y es que Reino Unido siempre ha estado más interesado en el proyecto europeo como mercado que como unión política. La desventaja es que, al no pertenecer a la UE, sino al Espacio Económico Europeo (EEE), que reúne a los Veintisiete más los antiguos socios de la EFTA, Reino Unido estaría obligado a aplicar toda la legislación europea e incluso contribuir financieramente al presupuesto comunitario sin tener ni voz ni voto, ya que no forma parte de las instituciones que toman las decisiones (Parlamento, Consejo y Comisión).

Todo ellos es inaceptable para los “brexiters” por la pérdida de soberanía que supondría sumarse al EEE a cambio de tener acceso al mercado interior europeo. Y es que dicha pertenencia supone la vigencia de las cuatro libertades (mercancías, servicios, capitales y personas). Precisamente, esta última es incompatible con la promesa euroescéptica de volver a hacerse cargo de sus fronteras y controlar la inmigración.

4. Brexit salvaje

Si el Parlamento británico no da luz verde al acuerdo de divorcio antes del 12 de abril y los líderes de los Veintisiete se oponen a conceder más tiempo a Londres, Reino Unido saldría de la UE a las cero horas del viernes de la próxima semana sin ningún tipo de pacto. La incertidumbre y las consecuencias económicas, especialmente en las islas británicas, serían cuantiosas e inevitables. Aunque la Comisión Europea y los Estados miembros han adoptado planes de contingencia, nada podrá evitar las colas en las fronteras.

5. Otro referéndum

Sería una de las condiciones que exigiría Bruselas para dar su beneplácito a una prórroga amplia (de nueve a 24 meses sugiere Alemania). Supondría paralizar el proceso de salida hasta la celebración de otra consulta en Reino Unido. La iniciativa daría otra oportunidad a la opinión pública para decidir sobre su vinculación con el proyecto europeo, pero acrecentaría la actual división nacional. Éste es el argumento que esgrime el Gobierno conservador para oponerse de plano a convocar otro plebiscito. Mientras, las bases del Partido Laborista son fervientes defensoras de hacerlo para buscar una salida a la crisis institucional y política existente.