Estados Unidos
Las claves del juicio contra Hunter Biden: un gol en propia puerta en el peor momento posible
Arranca el juicio contra el hijo del presidente con la presencia de Jill Biden y la medida respuesta del inquilino de la Casa Blanca
Nunca es buen día para que juzguen a tu hijo por posesión ilegal de armas o por adicción a las drogas, y mucho menos si eres el presidente de los Estados Unidos. Pero posiblemente no hay peor momento que hacer coincidr este proceso justo cuando tu rival, Donald Trump, acaba de ser declarado cupable de 34 delitos en su jucio contra la actriz Stormy Daniels. Aunque solo sea porque queda poco margen para exprimir la victoria.
El equipo de Joe Biden, con el presidente a la cabeza, ha hecho todo lo posible estos días para sacar el mayor rendimiento posible al juicio contra su rival, que se ha presentado a la sociedad poco menos como víctima de un "juicio político" que, como era de esperar, ha espoleado a sus fans hasta el punto de dispararse las donaciones a su campaña. Pero la buena estrella del inquilino de la Casa Blanca se ha acabado.
Este lunes ha arrancado el jucio contra su hijo Hunter, una amarga coincidencia para Biden que, de improviso, ha dado una inesperada munición al candidato republicano. El hijo de Biden está acusado de mentir en octubre de 2018 cuando no reconoció que consumía drogas en un formulario para comprar un revólver Colt Cobra de calibre 38, que luego guardó durante 11 días.
Para empezar, es la primera vez en la historia de Estados Unidos que el hijo de un presidente en activo se enfrenta a un juicio. El proceso, obviamente, no tiene nada que ver con los problemas judiciales de Trump, pero obligará a Biden a medir un poco sus críticas cuando saque el tema de los tribunales ante su adversario.
Además, obliga al presidente a pronunciarse públicamente en un caso en el que no puede ponerse de perfil. Sus asesores han medido hasta el milímetro cuál debe ser la puesta en escena para evitar una sobreexposición o, en lado contrario, dar pie a las críticas por ponerse de perfil.
El método elegido ha sido un comunicado hecho público minutos después de que arrancara el jucio, en el que afirmaba sentir un "amor ilimitado" por su hijo y orgullo por su resiliencia. "Como presidente, no hago ni haré comentarios sobre casos federales pendientes, pero como padre, tengo un amor ilimitado por mi hijo, confianza en él y respeto por su fuerza", apuntó el presidente, que apeló al lado más humano: "Soy presidente, pero también soy padre. Estoy muy orgulloso del hombre que es".
"La resiliencia de Hunter ante la adversidad y la fuerza que ha aportado a su recuperación nos resultan inspiradores. Muchas familias tienen seres queridos que han superado la adicción y saben a qué nos referimos", concluyó el candidato a la reelección, informa Efe.
Dentro de esta cuidada gestión de la crisis judicial, los Biden decidieron que la primera dama, Jill Biden, que no es la madre biológica de Hunter Biden (hijo de la primera esposa del presidente, la fallecida Neilia Biden), llegara esta mañana a la corte acompañada de otros familiares para apoyar al acusado, que será juzgado por un delito que le podría llevar a la cárcel de ser hallado culpable.
Los abogados de Hunter Biden solicitaron aplazar el juicio para tener tiempo de buscar más testigos y revisar las pruebas entregadas por los fiscales, pero la juez de distrito de Delaware Maryellen Noreika rechazó la petición.
Este domingo, Noreika dio además un revés a la defensa del polémico hijo del presidente y decidió bloquear a uno de sus peritos y excluir una prueba clave que Hunter esperaba utilizar.
Hunter Biden, de 54 años, quien se ha declarado no culpable de los tres cargos que se le imputan, reconoció públicamente que durante décadas había luchado contra la adicción al alcohol y las drogas, que se vio agravada tras la muerte de su hermano Beau Biden en 2015 por un tumor cerebral.
Cuando compró la pistola, en 2018, estaba inmerso en una espiral de depresión tras haberse divorciado de Kathleen Buhle, con la que tuvo tres hijos y, además, atravesaba un momento especialmente difícil por su adicción al crack, según narró en sus memorias 'Beautiful Things', publicadas en 2021.
Los cargos contra Hunter Biden son el resultado de una investigación que se abrió en 2018 durante el Gobierno de Donald Trump (2017-2021) y que el propio exgobernante, futuro candidato republicano para las elecciones de noviembre, ha usado para atacar a su contrincante Biden.
El hijo del presidente se enfrenta a otro juicio en California en el que se le acusa de haber evadido el pago de 1,4 millones de dólares en impuestos.
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