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Colapso del Estado

La Razón
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- El presidente Peña Nieto asegura que los sucesos de Iguala representan un punto de inflexión en México. ¿Qué ha cambiado en la opinión pública?

–La reacción de la opinión pública ante la desaparición de los 43 estudiantes en Iguala fue tan fuerte porque el caso dejó en evidencia gran parte de lo que no funciona en México. La colusión entre bandas armadas, cárteles de la droga y una gran parte de las autoridades y de las Fuerzas de Seguridad. Las manifestaciones son una muestra de la gran insatisfacción que no tiene que ver sólo con el horror de la de–saparición de los 43 estudiantes.

- ¿Cree que Peña Nieto subestimó la crisis de los 43 estudiantes?

–El presidente reaccionó mal y tarde al caso de los 43 estudiantes. Si el eslogan del Gobierno fue durante mucho tiempo encontrar a las personas desaparecidas con vida, es inexplicable que la Fiscalía General del Estado tardara diez días en formar parte activa en la investigación.

- La guerra entre el narco y el Ejército dominó el mandato del presidente Calderón. ¿El caso Iguala puede marcar el de Peña Nieto?

–Iguala es un ejemplo, gravísimo, de un problema mucho más amplio, que comenzó con Calderón y sigue con Peña Nieto. Pero la responsabilidad del Gobierno actual no es solamente hacerse cargo de los problemas que comenzaron con su antecesor y encontrar, además, a las personas desaparecidas durante el sexenio anterior, sino también buscar a las miles de personas que se dieron como desaparecidas. Lo que pondrá a prueba a Peña Nieto, además de la búsqueda, serán los esfuerzos que haga, y los resultados que obtenga en la lucha contra la impunidad en estos casos. Hasta ahora, los resultados dejan mucho que desear. Según cifras oficiales, ni una persona ha sido condenada por desapariciones forzadas cometidas durante el sexenio de Calderón.

* Director de Human Rights Watch para América. Preguntas de Tailyn Aroche