EE UU

El colapso del puente de Baltimore golpea el comercio global

La destrucción del puente y el cierre del puerto encarecerán

el transporte de mercancías en Estados Unidos y del resto del mundo

Tras más de 24 horas de búsqueda, anoche los equipos de rescate daban por muertos a los 6 trabajadores desaparecidos en el colapso del puente de Baltimore. Anoche, dos de los cadáveres habían sido hallados dentro de un vehículo que cayó al agua. A las 6 de la mañana hora local, se reanudaba los esfuerzos para recuperar sus cadáveres. «Queremos que los encuentren para repatriar el cuerpo de mi hermano a Honduras», decía el familiar de unos de ellos. Lo que sí se ha podido recuperar del fondo del río es la caja negra del carguero Dali, un dispositivo clave para entender por qué el enorme buque acabó chocando con el pilar del puente Francis Scott Key. Un equipo de investigadores de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) subía a bordo del carguero ayer para hablar con la tripulación y tratar de entender qué ocurrió en las 12 horas previas al siniestro.

El diario «The Wall Street» asegura que entre los puntos centrales de la investigación estaría la calidad del combustible del buque, así como las medidas de protección con las que contaba el puente. Hay que ver si eran realmente las adecuadas. La presidenta de NTSB, Jennifer Homendy, dijo en una entrevista con la cadena NBC News que se va a «estudiar el tipo de infraestructuras para evitar que se produzcan este tipo de derrumbes». Homendy aseguró que se investigará también cómo es posible que toda la estructura del puente se viniera abajo por la caída de un solo pilar.

El otro gran problema que enfrentan tras la tragedia es el impacto financiero que este desastre supondrá para el comercio de EE UU y sobre todo para la economía de Baltimore que vive mayoritariamente del transporte marítimo. Su puerto es una vía vital para el medio oeste del país. Existe un canal relativamente estrecho, en el río Patapsco, que tiene la suficiente profundidad para permitir el paso de grandes barcos, pero es importante limpiar ese camino de escombros, una tarea nada fácil dadas las bajas temperaturas, fuertes corrientes de agua y condiciones de trabajo peligrosas para los equipos porque todavía cuelgan objetos de la estructura del puente. Reconstruirlo puede llevar años, así lo ha dicho el gobernador de Maryland, Moore Wes, es «una construcción a largo plazo». De momento, los puertos de Nueva York (el segundo más grande del país, después de Los Ángeles) y Nueva Jersey dijeron el martes que están trabajando con los transportistas porque es probable que asuman parte de la carga.

El puerto de Baltimore, el decimosexto en actividad en el país y uno de los más importantes en la costa atlántica, se ha cerrado hasta nuevo aviso y los barcos están siendo desviados a otros puntos del país o bien obligados a anclar en la bahía de Chesapeake, lo que ha generado congestiones en astilleros cercanos como el de Annapolis. El año pasado, Baltimore manejó un tráfico de mercancías valorado en 80.000 millones de dólares provenientes del extranjero (empresas como Volkswagen, Toyota o Nissan utilizan este puerto para importar y exportar sus vehículos). Es una «situación extremadamente desafiante», dijo en un comunicado la empresa Tradepoint Atlantic, e trabaja con grandes marcas como Amazon, Home Depot o BMW. Otro fabricante clave ubicado en el puerto de Baltimore es la refinería de azúcar Domino, que cuenta con una antigüedad de 115 años. Recibe azúcar pura importada en barco, la refina y la vende. No se sabe si la compañía tiene suficiente producto para seguir funcionando mientras la tragedia se soluciona.

Por si fuera poco, el puente colapsado formaba parte de una autopista interestatal clave para el transporte de mercancías y pasajeros. La Asociación Estadounidense de Camiones calculaba en un comunicado que alrededor de 4.900 camiones diarios, que transportan un promedio de 28.000 millones de dólares en mercancías, tendrán que desviarse de su ruta, un gasto que acabará impactando en el bolsillo de los consumidores. Los más afectados probablemente sean los envíos de materiales más peligrosos, como el diésel, que no está permitido que viaje por túneles por una cuestión de seguridad.

El siniestro también está afectando a las empresas de cruceros que buscan alternativas para sus rutas, como la empresa Norwegian Cruise Line o Carnival Cruise Line. Desde este puerto partieron el año pasado más de 444.000 pasajeros a bordo de cruceros. También se verán afectados los más de 15.300 trabajadores del puerto y las cerca de 140,000 personas cuyo empleo depende de su actividad.