Elecciones en Colombia

Colombia elegirá al sucesor de Santos entre el uribismo y el izquierdismo

Duque y Petro, dos candidatos en las antípodas ideológicas, luchan por atraer el voto centrista en la segunda vuelta.

Colombia elegirá al sucesor de Santos entre el uribismo y el izquierdismo
Colombia elegirá al sucesor de Santos entre el uribismo y el izquierdismolarazon

Duque y Petro, dos candidatos en las antípodas ideológicas, luchan por atraer el voto centrista en la segunda vuelta.

- Hace un año, cuando la carrera por la Presidencia de Colombia calentaba motores, Iván Duque y Gustavo Petro no estaban en las quinielas. Nadie apostaba porque el joven senador –revelación del uribismo–, ni el ex alcalde de Bogotá –de muy cuestionada administración–, terminaran siendo los dos candidatos para suceder a Juan Manuel Santos en la Presidencia tras la segunda vuelta el 17 de junio.

Pero en Colombia un año parece tan largo como un siglo, y en ese tiempo tantas fueron las vueltas que dio la vida, que para la gran mayoría de los electores, los comicios de este 27 de mayo terminaron dando un vuelco histórico al escenario político.

Duque tiene 41 años y podría ser el presidente más joven en la historia de Colombia. Pocas referencias se tenían de él en 2014, hasta que el ex presidente Álvaro Uribe lo arropó con su votación y lo llevó al Senado, donde despuntó. Lo ungió como su candidato presidencial, y nadie duda que la sombra del ex mandatario está detrás de los 7,5 millones de votos que logró el domingo para llegar a la segunda vuelta.

Petro, por su parte, cabalgó en los últimos 16 años como el principal opositor de Uribe; fue uno de los que destapó el mayor escándalo que salpicó a la clase política colombiana –la parapolítica, o la relación entre congresistas (que apoyaban al ex presidente) con grupos paramilitares–. Su discurso hipnotiza, llena plazas de forma espontánea, y su figura capitalizó la indignación que, como en todo el mundo, florece contra los que siempre se han alternado en el poder. Eso explica los 4,8 millones que sacó el domingo, la mayor votación de un dirigente de izquierda en toda la historia democrática del país.

Pero más allá de virtudes, los temores que generan cada uno de los candidatos han puesto a los colombianos ante una encrucijada. A Duque se le critica por su inexperiencia y dicen que será el títere de Uribe, el principal opositor del acuerdo de paz con las FARC. Si llega a la Casa de Nariño, pocos creen en su autonomía para manejar las riendas del país, y también temen regresar a las épocas del conflicto armado.

A Petro lo acusan de populista y de encender la llama de la lucha de clases. Su paso como alcalde de Bogotá lo dejó como un mal gobernante, improvisador y autoritario. El mayor temor que genera es su simpatía hacia Hugo Chávez, y sus adversarios vaticinan que un Gobierno suyo concluirá con la tragedia social de Venezuela. En suma, Colombia se debate entre los dos extremos, derecha e izquierda.

La balanza terminarán inclinándola los que en primera vuelta se opusieron a estas dos ofertas. El candidato centrista Sergio Fajardo, con 4,5 millones de votos, representó la lucha contra la clase política tradicional, el clientelismo y la corrupción, de la cual Uribe ha sido uno de sus exponentes. Podría pensarse que sus votos irían hacia Petro, pero la mayoría de sus electores se manifiestan contra el candidato de la izquierda. Germán Vargas Lleras, el vicepresidente de Santos, era el rostro de esa rancia clase política y fue el gran perdedor de la jornada con 1,3 millones de votos, que aún no se sabe dónde irán a parar. Vargas dio un paso de la derecha al centro que le salió caro, y aunque es más afín a Uribe, no dejaría de ser una paradoja que el segundo a bordo del Gobierno de Santos terminara en las filas de su mayor opositor.

El quinto candidato, Humberto de la Calle, precisamente el que negoció el acuerdo de paz, fue el gran sacrificado. Demostró ser el mejor candidato, pero Santos, el Partido Liberal, y los casi 6 millones que hace dos años votaron «sí» a la paz lo abandonaron. Los 400.000 votos de De la Calle fueron en su mayoría de jóvenes, y terminaron por restarle a Fajardo, la candidatura alternativa, la posibilidad de ir a segunda vuelta.