Colombia sufre múltiples atentados terroristas mientras eleva protección a políticos

La idea de lograr una “paz total” en Colombia que impulsa Gustavo Petro se desploma a medida que la violencia vuelve a ser protagonista del día a día. Al intento de asesinato contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay ocurrido el sábado en la tarde, le han seguido supuestas amenazas contra la familia presidencial y del ministro del Interior, así como al expresidente Álvaro Uribe; y ahora varias explosiones en Cali y otras localidades, al sur oeste del país, que han dejado al menos cuatro personas muertas y nueve heridas este martes.

Amanecía en Cali cuando tres artefactos explotaron en distintos puntos de la ciudad, incluyendo dos coches bomba y granadas. El primero cerca de las 8:15 a.m. en una estación de policía en la zona sur de la ciudad, en una moto bomba que dejó un fallecido. El segundo fue al oriente de la ciudad en otra instalación policial. En ambos casos se registraron daños mayores a infraestructuras cercanas, incluso civiles.

“Las autoridades y organismos de salud ya están en el lugar. Nuestra prioridad es atender a los heridos y garantizar la seguridad de la comunidad. Le hago un llamado a la ciudadanía a mantener la calma", dijo el alcalde de Cali, Alejandro Eder, en su cuenta de X.

En una entrevista a una radio local, Eder denunció que los autores “querían matar caleños” al preparar los atentados en zonas comerciales, y señaló presencia de disidencias guerrilleras de las extintas FARC en zonas cercanas a la ciudad. “No podemos perder en una semana lo que tanto nos costó 30 años. No puede ser que desde 1989 a esta fecha, en cuestión de meses, se está desbarajustando todo", dijo el alcalde.

En otros tres sectores hubo también detonaciones, incluyendo dos coches bomba que explotaron en dos municipios cercanos a Cali. Otros artefactos fueron desactivados con detonaciones controladas. Por otra parte, en zonas rurales de los departamentos Cauca y Valle del Cauca (donde se ubica Cali) las autoridades reportaron enfrentamientos entre grupos armados ilegales y el Ejército colombiano. Además, hubo al menos cierre de una decena de vías por amenazas de explosivos.

“Hoy el país amaneció bajo amenaza. Varias explosiones, personas heridas y mucho miedo e incertidumbre. Es momento de una unión de todos los que creemos en la paz y la democracia para defender este país. Nada es más urgente hoy que recuperar la seguridad de los colombianos. El Gobierno nacional debe trabajar con los gobiernos locales para fortalecer las instituciones y devolverle la tranquilidad al país”, dijo Carlos Fernando Galán, alcalde de Bogotá

Entretanto, Miguel Uribe Turbay aún lucha por su vida. El último parte médico afirma que el precandidato presidencial continúa en cuidados intensivos y permanece “en estado crítico”, aunque estable.

Todavía no hay certezas sobre los responsables del atentado contra su vida, pero el presidente Gustavo Petro ya ha dicho que la principal sospecha que tiene es que detrás del hecho podría estar una mafia con alcance internacional.

“Hasta ahora, y solo como hipótesis, pero con indicios muy fuertes que han llegado a dirigentes muy altos de la oposición y a nosotros, es que el autor del atentado sería la mafia con asiento internacional. He ordenado, por este hecho, el incremento de seguridad a los dirigentes de la oposición, específicamente, y de manera inmediata”, aseguró el jefe de Estado. Antes también denunció que la cantidad de escoltas que cuidaban a Uribe Turbay se redujo drásticamente el sábado.

Las nuevas medidas de protección prometidas por Petro serán aplicadas a las precandidatas presidenciales Vicky Dávila y María Fernanda Cabal, al abogado Abelardo de la Espriella que también ha asomado aspiraciones, así como al expresidente Álvaro Uribe.

Las investigaciones sobre el atentado al senador del opositor partido Centro Democrático dieron con el nombre de quien compró el arma usada para dispararle: según la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) de Estados Unidos, Charles Joe Anderson la compró al distribuidor Aji Port en el año 2000. Se sigue investigando cómo entró a Colombia y llegó a las manos del menor de edad que disparó contra el político, pues el arma no está registrada en el departamento de Control y Comercio de Armas, Munición y Explosivos de Colombia.

El sicario fue presentado a la Fiscalía este martes para ser formalmente acusado por el crimen, mientras las investigaciones en el sitio del suceso hallaron casquillos de balas disparadas pero provenientes de al menos dos armas diferentes, según el análisis técnico balístico realizado en los laboratorios forenses conocido por la prensa local. Esto abre la posibilidad de que en el atentado participó un segundo atacante.

Otra de las líneas que examina la fiscalía es la posible vigilancia previa sobre Uribe Turbay, que si fue seguido en previos actos de campaña, sugiere que lo ocurrido pudo ser consecuencia de una planificación anticipada.