
Guerra en Ucrania
El comercio mundial inicia una era proteccionista
La Administración Trump sigue confiada en que los aranceles contribuirán a una recuperación económica robusta de EE UU
En las últimas horas, han entrado en vigor de manera oficial los aranceles del presidente Donald Trump, afectando a más de 60 países y a la Unión Europea. La Casa Blanca anunció que las mercancías provenientes de estas regiones enfrentan tarifas de hasta un 20%, con un énfasis particular en Japón, Corea del Sur, Taiwán, Vietnam y Bangladesh, que verán sus productos gravados con tarifas del 15% y 20%.
Con este movimiento, Trump busca reducir el déficit comercial de Estados Unidos, prometiendo que este aumento en los aranceles impulsará la economía estadounidense, generando inversiones y un crecimiento económico sin precedentes. Sin embargo, los efectos de estas decisiones ya están comenzando a dejar huellas visibles en la economía nacional.
Los aranceles, según lo dicho por Trump, son una herramienta estratégica para devolver a Estados Unidos su posición de poder en la industria manufacturera global. Sin embargo, la incertidumbre sobre las consecuencias económicas de estas políticas es cada vez más evidente. Si bien el presidente ha sostenido que las tarifas traerán billones de dólares a las arcas estadounidenses, los expertos económicos sugieren que la realidad podría ser otra: una desaceleración económica prolongada que afectaría a consumidores, empresas y trabajadores.
En abril, cuando Trump comenzó a aplicar tarifas de manera gradual, el mercado de trabajo en EE UU mostró señales de estancamiento. La contratación disminuyó, la inflación comenzó a presionar al alza y los valores inmobiliarios en mercados clave cayeron. A esto se suma que la subida de los precios debido a los aranceles ha reducido el poder adquisitivo de los salarios reales, afectando a los trabajadores de manera directa.
A pesar de estas señales preocupantes, la administración Trump sigue confiada en que los aranceles conducirán a una recuperación económica. A medida que las empresas comprenden el rumbo que toma el país, la Casa Blanca considera que las inversiones y la contratación aumentarán, equilibrando así la economía estadounidense como una potencia manufacturera. Pero, como señalan algunos economistas, el impacto de los aranceles podría ser más sutil y gradual, con efectos acumulativos que podrían prolongarse durante meses o incluso años.
Reacciones dispares
En términos comerciales, la reacción de los socios internacionales ha sido variada. Mientras que algunos países han tratado de renegociar sus acuerdos para evitar los gravámenes, otros se han visto obligados a enfrentar aranceles más altos. El caso de Brasil es ejemplar: los productos de este país están sujetos a un arancel del 50%, con un 40% adicional aplicado tras la polémica sobre el ex presidente Jair Bolsonaro.
En la misma línea, Indiaenfrenta una tarifa adicional del 25% debido a la compra de petróleo ruso, lo que eleva su tasa total a un 50%. Por su parte, países como el Reino Unido, Japón, Corea del Sur, Vietnam e Indonesia han negociado reducciones en las tarifas gracias a acuerdos específicos, pero otros, como China y México, aún se encuentran en medio de conversaciones que definirán su situación en los próximos días.
Uno de los aspectos más controversiales de esta política es la manera en que afecta directamente al consumidor estadounidense. Al elevarse los costos de los productos importados, los precios al consumidor aumentan, lo que podría resultar en una menor competitividad de los productos estadounidenses en el mercado global. Como argumentan muchos analistas, la idea de que estos costos sean absorbidos por los consumidores en lugar de los exportadores no es una novedad, pero las tarifas tan altas en productos esenciales podrían ser perjudiciales para el mercado interno.
Un "desaceleramiento gradual"
En palabras de Brad Jensen, profesor de la Universidad de Georgetown, los efectos no serán una "explosión" repentina, sino más bien un "desaceleramiento gradual" que afectará a todos, desde el fabricante hasta el trabajador. La incertidumbre sobre el futuro de los aranceles se mantiene vigente, con muchos legisladores y economistas cuestionando la legalidad de las acciones de Trump.
El uso de una ley de emergencia económica de 1977 para justificar los aranceles está siendo impugnado en los tribunales, y los fallos judiciales podrían obligar a Trump a encontrar nuevas justificaciones legales para sus medidas. De hecho, el ex presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, ha expresado dudas sobre la racionalidad de esta estrategia, destacando que "no hay justificación alguna más allá de la voluntad personal del presidente".
Sin embargo, en el ámbito bursátil, los efectos inmediatos han sido mixtos. El índice S&P 500 ha mostrado una recuperación notable desde los bajos de abril, y las reformas fiscales implementadas en julio por Trump han contribuido a este rebote. La administración sigue siendo optimista en cuanto al crecimiento económico, argumentando que el país está en la vía de una expansión económica robusta. Mientras tanto, a medida que el panorama global se ajusta a esta nueva realidad, el mundo aguarda el desenlace de esta arriesgada jugada económica.
✕
Accede a tu cuenta para comentar