Crisis política en Italia

Italia se precipita a nuevas elecciones

Cottarelli asegura que si el Gobierno no consigue el apoyo, habrá nuevos comicios

Carlo Cottarelli (dcha), exdirectivo del FMI, rodeado de medios a su llegada a la estación de Termini en Roma (Italia) / Efe
Carlo Cottarelli (dcha), exdirectivo del FMI, rodeado de medios a su llegada a la estación de Termini en Roma (Italia) / Efelarazon

El presidente italiano, Sergio Mattarella, encargó formar Gobierno a Carlo Cottarelli, un economista de 64 años, exdirectivo del Fondo Monetario Internacional (FMI), quien aceptó con "reservas".

Había tan poco tiempo que perder que Carlo Cottarelli llegó desde Milán, donde vive, al palacio del Quirinal con la maleta a cuestas. Tras 85 días sin Gobierno y un pactus interruptus, el presidente de la República, Sergio Mattarella, recurrió al «plan B» que tenía guardado en el cajón desde hace semanas por si todo se iba al traste. Le pidió a este economista, ex dirigente del FMI, que aceptara el trance de representar a Italia mientras se vuelve a las elecciones y éste no se lo pensó dos veces.

«He aceptado el encargo de formar Gobierno, es un honor», dijo, leyendo un papel con gafas de cerca. La puesta en escena ya revelaba que las aspiraciones políticas no están entre sus prioridades, pero lo reiteró por si había alguna duda. «El presidente de la República me ha pedido presentarme en el Parlamento con un programa que lleve al país a nuevas elecciones», sostuvo Cottarelli.

Añadió que en su propuesta de investidura añadirá el proyecto para la ley de presupuestos del próximo año. En caso de recibir un voto favorable, quedarían aprobadas las cuentas, se disolverían las cámaras y se volvería a las urnas a principios del año que viene. Por el contrario, si el Gobierno técnico no recibe la confianza parlamentaria, Cottarelli y su Gabinete seguirían en el cargo ocupándose de los asuntos más urgentes –como la asistencia a cumbres internacionales–, a la espera de repetir los comicios el próximo otoño.

En realidad, ésta es la única posibilidad real en estos momentos, ya que entre el Movimiento 5 Estrellas (M5E) y la Liga suman mayoría tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado. Y tras el frenazo de Mattarella al ministro de Economía propuesto por ambos y la consiguiente ruptura del pacto de Gobierno, lo último que tienen en mente es apoyar el Ejecutivo técnico nombrado desde el Quirinal.

Críticas al presidente

En el M5E se han echado rápidamente la manta a la cabeza, hasta el punto de pedir la recusación del jefe del Estado. La prerrogativa está contemplada en la Carta Magna, bajo la acusación de «alta traición o atentado a la Constitución», pero tiene remotas opciones de prosperar. Primero tendría que pasar el filtro de un comité de expertos formado por parlamentarios y, en caso de aprobación, obtener la mayoría absoluta en las cámaras, donde probablemente sólo el M5E vote a favor. Su líder, Luigi Di Maio, siguió ayer al ataque y convocó para el próximo sábado una gran manifestación de protesta.

Mientras, la Liga mantiene el tono elevado, pero sin llevar la confrontación al límite. Su líder, Matteo Salvini, inició ya la campaña electoral al advertir al tres veces ex primer ministro Silvio Berlusconi que si votaba a favor de la investidura de Cottarelli la coalición en la que se presentaron a los anteriores comicios quedaría rota. Berlusconi podrá presentarse a las próximas elecciones, después del indulto de un tribunal de Milán ante su inhabilitación política tras ser condenado por fraude fiscal, pero Salvini es consciente de que durante las últimas semanas las encuestas lo han catapultado, por lo que podría conseguir la mayoría como líder de la alianza derechista.

No es por casualidad que fuera la Liga la que presionara hasta el último minuto para imponer al euroescéptico Paolo Savona como responsable de las finanzas, pese a que Mattarella ya les había pedido que presentaran a otro candidato y a los esfuerzos del M5E para reconducir la situación. Ahora ambos partidos agitan el argumento del boicot institucional, pero ya el pasado sábado algunos colaboradores de Di Maio sospechaban que sus socios estaban forzando la ruptura.

Precisamente para enviar un mensaje europeísta, Carlo Cottarelli recalcó en su breve discurso su «pleno reconocimiento a la UE como país fundador». «El diálogo con Europa y nuestra participación en el euro son esenciales», mantuvo el encargado para convertirse en primer ministro italiano, en la que fue su única declaración de principios.

También advirtió el economista de que en las últimas semanas «han aumentado las tensiones en los mercados financieros», algo que no se resolvió con la formación de un Gobierno técnico. Tras un respiro de alivio por la mañana, la bolsa italiana volvió a caer un 2,1% y la prima de riesgo tocó otro máximo desde 2014 al llegar a los 235 puntos, arrastradas por una inestabilidad que ha subido de tono.