Brexit

Corbyn acorrala con un «Brexit blando» a May

La suma de votos de los laboristas y los «tories» proeuropeos obligaría a May a mantener la unión aduanera con la UE

Jeremy Corbin, líder de los laboristas británicos, abandona el centro de la Universidad de Coventry donde dio el discurso
Jeremy Corbin, líder de los laboristas británicos, abandona el centro de la Universidad de Coventry donde dio el discursolarazon

La suma de votos de los laboristas y los «tories» proeuropeos obligaría a May a mantener la unión aduanera con la UE.

La «premier» Theresa May encuentra cada día más obstáculos en las negociaciones del Brexit. Y no precisamente en Bruselas, sino en su propia casa. A la gran guerra civil que viven sus propias filas, cada vez más divididas entre aquellos diputados pro UE y los euroescépticos, se suma ahora la amenaza que supone la oposición laborista. El veterano Jeremy Corbyn se posicionó ayer formalmente a favor de un «Brexit blando» al confirmar que quiere una unión aduanera con la UE que beneficie el comercio y evite una frontera dura en Irlanda del Norte.

Las palabras de un dirigente de la oposición cuyo papel en el debate europeo siempre ha sido tibio y poco creíble no deberían tener, a priori, demasiado peso. Sin embargo, si su mensaje abre ahora la posibilidad de un apoyo a los conservadores rebeldes en una votación clave en la Cámara de los Comunes, la cosa cambia.

May quiere sacar al país del mercado único –para controlar la inmigración– y la unión aduanera –para poder negociar libremente acuerdos con terceros países–. Sin embargo, la conservadora europeísta Anna Soubry (apoyada por otros diputados laboristas como Chuka Umunna) presentó la semana pasada una enmienda al proyecto de ley del Gobierno sobre comercio, para que Reino Unido permanezca en una unión aduanera. La débil mayoría parlamentaria de May tan sólo se sustenta en 13 asientos, por lo que sólo haría falta la votación de siete «tories» rebeldes y los laboristas para sacarla adelante –los miembros de la mesa de la Cámara no votan.

El proyecto de ley no será debatido en la Cámara de los Comunes hasta que finalice el próximo receso parlamentario de Semana Santa. Aunque, consciente de que existen altas posibilidades de derrota, el Gobierno podría aplazar el voto hasta después de las elecciones locales de mayo, donde se espera que el Partido Conservador coseche malos resultados.

La postura de la oposición laborista respecto al Brexit siempre ha sido bastante confusa. Durante la campaña previa al referéndum de junio de 2016, Corbyn fue criticado por realizar una defensa poco entusiasta sobre la permanencia. No es un secreto que el veterano político pertenece a esa izquierda británica que tradicionalmente recela de la UE. Bien es cierto que el 90% de los diputados laboristas y dos de cada tres votantes del partido apostaron por quedarse en el bloque. Con todo, la minoría de los laboristas euroescépticos viven en feudos clave para la formación, por lo que el Brexit siempre ha supuesto una cuestión difícil de abordar.

Sin embargo, tras meses de ambigüedad, el líder izquierdista aclaró su posición antes de que el próximo mes empiecen las críticas negociaciones entre Londres y Bruselas sobre el periodo de transición que existirá tras la retirada británica del bloque, fijada para el 29 de marzo de 2019.

Al respaldar la unión aduanera, Corbyn abre un impredecible panorama político. En caso de que los laboristas se unan a los rebeldes conservadores para tumbar la estrategia del Gobierno en el Parlamento, el débil liderazgo de May quedaría aún más en entredicho, lo que, según los más críticos con la «premier» británica, podría provocar la caída del Ejecutivo.

«El laborismo buscará negociar una nueva y exhaustiva unión aduanera entre Reino Unido y la UE para asegurar que no hay aranceles con Europa y para evitar la necesidad de tener una frontera dura con Irlanda del Norte», afirmó Corbyn en un discurso pronunciado en Coventry, centro de Inglaterra, y que, según fuentes del partido, significa replicar la unión aduanera actual, ya que el 44% de las exportaciones británicas va al mercado europeo y de otra manera se dañaría aún más la economía.

Consciente de que muchos laboristas del norte de Inglaterra votaron a favor del Brexit en el referéndum de hace dos años, Corbyn alegó que su partido quiere un acuerdo que beneficie a todas las comunidades y explicó que los inmigrantes no son los culpables de la precariedad de determinados contratos laborales. «Muchas de las áreas que votaron por la retirada son las mimas áreas perjudicadas por años de baja inversión», apuntó. «Nos estamos marchando de la Unión Europea, pero no de Europa. No estamos cerrando las fronteras y atrincherándonos. Queremos una relación cercana y de cooperación con toda Europa», insistió el líder laborista.

Desde el Partido Conservador, el ministro del Brexit, David Davis, consciente de la importante derrota que podría sufrir el Ejecutivo, criticó la postura de la oposición respecto a la unión aduanera y alertó de que el laborismo puede bloquear en el Parlamento cualquier acuerdo de libre comercio que Reino Unido pueda negociar con países no comunitarios.

Por otra parte, Corbyn reiteró que el laborismo –si llegase al poder– garantizará inmediatamente los derechos de los miles de ciudadanos comunitarios que viven en Reino Unido. En este sentido, reconoció que estos ciudadanos, desde el plebiscito de 2016, han vivido «un horror incierto» sobre su futuro porque el Gobierno «tory» se ha negado a garantizar ya sus derechos.

La oposición aclaró su posición antes de que este viernes May pronuncie un discurso en el que espera aclarar la visión de su Gobierno en las próximas negociaciones sobre el Brexit de cara a la cumbre de marzo, cuando Londres y Bruselas deberían acordar los términos del periodo de transición. No obstante, May celebrará el jueves otra reunión clave de su Gabinete, ya que aún existen discrepancias entre sus ministros respecto al grado de relación que se quiere alcanzar para el futuro con el bloque comunitario.