Corea del Norte avisa con misiles de corto alcance

Dos avisos en menos de una semana. Así se pueden interpretar las verdaderas intenciones de Pyongyang tras el lanzamiento ayer de varios misiles de corto alcance, una prueba que siguió a la del pasado sábado, cuando el régimen comunista lanzó media docena de proyectiles. Con este último gesto, Corea del Norte tensa la cuerda con Washington poniendo en riesgo el proceso de diálogo que ambos países emprendieron en 2018 y que, para la impaciente nación asiática, está estancado. «Quiero advertir al Norte de que si se repite este acto, puede poner en peligro los esfuerzos por promover el diálogo y las negociaciones», aseguró el presidente de Corea del Sur, Moon Jae In.

Según explicó, Pyongyang lanzó «dos misiles de corto alcance» desde el área de Kusong, a 160 kilómetros al noroeste de la capital. El primero voló 420 kilómetros y, diez minutos después, el segundo recorrió 270 kilómetros. Ambos acabaron en las aguas del mar de Japón.

El líder norcoreano, Kim Jong Un, escogió cuidadosamente el momento haciéndolo coincidir con la visita a Seúl del enviado nuclear estadounidense, Stephen Biegun. En los próximos días, éste tiene previsto buscar junto a las autoridades surcoreanas la manera de desatascar el proceso y enviar ayuda humanitaria a Corea del Norte, donde se estima que cerca de diez millones de personas –un 40% de la población– podrían verse afectadas por la escasez de alimentos debido, entre otras razones, a las malas cosechas. Para Koh Yu-hwan, profesor de estudios norcoreanos en la Universidad Dongguk, «el Norte parece estar enviando el mensaje de que no actuará con moderación (en términos militares) solo por obtener ayuda alimentaria».

Aunque el último encuentro entre Donald Trump y Kim Jong Un–celebrado el pasado mes de febrero– fue un fiasco al no alcanzarse ningún acuerdo, la situación en la región ha dado un vuelco y las pruebas nucleares y el lanzamiento de misiles de corto, medio y largo alcance que tan a la orden del día estaban en 2017, han cesado. Por eso, los expertos apuntan a que pese a que los últimos gestos de Kim han aumentado intencionadamente la presión, han sido milimetrados, de tal manera que no puedan romper la moratoria sobre las pruebas nucleares y les permita mantener abierto el diálogo.

Por otro parte, ayer Estados Unidos se incautó de un buque de carga norcoreano, el Wise Honest, uno de sus principales cargueros, por violar las sanciones impuestas a Pyonyang al servir para el transporte de carbón y de maquinaria pesada 2de manera ilícita»