Corea del Norte
Corea del Norte construyó durante la pandemia kilómetros de muros fronterizos con China y Rusia
El régimen de Kim Jong-un sella sus fronteras del norte, frecuentadas por contrabandistas y desertores
El régimen de Kim Jong-un se embarcó en mitad de la pandemia de Covid-19 en un plan para aislar aún más a Corea del Norte del exterior con la construcción de cientos de kilómetros de vallas, muros y puestos de guardia nuevos o mejorados, revela una investigación de la agencia Reuters en colaboración con el Instituto Middlebury de Estudios Internacionales de Monterrey, que ha comprobado la evolución de las imágenes satelitales. Pyongyang pretende sellar sus fronteras terrestres con China y Rusia con el objetivo de cortar de raíz las rutas que habitualmente frecuentan contrabandistas y desertores.
La divisoria norte ofreció durante décadas una anómala vía de contacto con el exterior. Pero también, y sobre todo, oportunidades comerciales y una puerta de salida para los que querían abandonar el país. Consciente de la amenaza que representa para la naturaleza del régimen, Kim Jong-un dio luz verde para emprender el proyecto, cuya magnitud ha sido confirmada por los relatos de siete desertores, activistas y otras personas conocedoras de las actividades del régimen a lo largo de la frontera.
Los planes de Pyongyang parecen haber conseguido su objetivo. Apenas 67 personas huyeron con destino Corea del Sur el año pasado, una cifra que palidece en comparación con las 1.047 que hicieron lo propio en 2019. Es cierto que los números venían decreciendo, en parte como consecuencia del endurecimiento de las restricciones en China, el destino más frecuentado por los desertores. Pero la proliferación de controles fronterizos ha agudizado esta dinámica. Pekín asegura no estar al corriente de la situación, pero asegura haber mantenido contactos con Pyongyang “para mantener la seguridad y la estabilidad de la frontera”.
Organizaciones en defensa de los derechos humanos como Human Rights Watch ya habían denunciado los hechos. “El Gobierno norcoreano ha estado utilizando COVID-19 como excusa para construir estas nuevas vallas, puestos de vigilancia y otras infraestructuras”, declaró la investigadora principal sobre Corea del grupo, Lina Yoon. Un informe publicado en noviembre por Human Rights Watch examinó una sección de la frontera de 7 kilómetros y medio alrededor del río Tumen, una zona que ya contaba con un vallado considerable y cinco torres de vigilancia antes de la pandemia. En abril de 2022, las autoridades habían construido otros 169 puestos de vigilancia y más de 9 kilómetros de vallas nuevas o mejoradas.
Las autoridades de Corea del Norte han ordenado a los guardias fronterizos que disparen a cualquiera que intente cruzar la divisoria, recogen los avisos oficiales de China emitidos en 2020. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos esgrimió en diciembre este y otros motivos para sancionar a la Oficina General de la Guardia de Fronteras de Corea del Norte “por abusos contra los derechos humanos”.
Pyongyang y los medios estatales no se han pronunciado sobre la proliferación de vallas, muros y puestos de guardia. El régimen de Kim Jong-un justificó sus medidas en el marco de la pandemia para mantener alejados al coronavirus y otras “cosas extrañas”. La única confirmación fueron las declaraciones del dictador norcoreano el año pasado, cuando ordenó en un discurso a los funcionarios que “garantizaran la perfección” de un “muro de bloqueo múltiple general en las zonas fronterizas, de primera línea y costeras y en los mares y el aire”.
Reuters recoge en su investigación los testimonios de desertores, activistas de derechos humanos y fuentes en China implicadas en el contrabando de mercancías o personas a través de la frontera, que describen las medidas como un intento del régimen por ahogar los pocos recursos con los que contaban para subsistir los residentes de estas áreas. Cerca del 80% de la población depende de los mercados informales para cubrir sus necesidades diarias, conocidos como jangmadang.
La escasez de alimentos en Corea del Norte se ha agravado en los últimos meses. Kim Jong-un pidió en febrero transformar la agricultura y subrayó la necesidad de alcanzar los objetivos de producción de grano. Mientras, su régimen prolifera la construcción de armas nucleares.
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