Asia

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Crisis aérea y diplomática

La Razón
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Después de un mes de desinformación y desconcierto, el Gobierno chino se encuentra sometido a una enorme presión interna para llegar al fondo de lo que ocurrió a bordo del vuelo MH370, así como para encontrar las cajas negras de la aeronave. Esta situación en la que ahora se encuentra Pekín guarda un gran parecido con la que vivió en 2003 durante la epidemia de SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo, en sus siglas en inglés) u otros ejemplos como el de ciudadanos chinos retenidos como rehenes en otros países. Existe la percepción de que el Gobierno de Pekín debe ser visto por su gente como una fuerte autoridad que hace todo lo posible para proteger los intereses de su pueblo y de su nación. El hecho de no conseguirlo puede afectar negativamente a la legitimidad del Partido Comunista Chino. Así que no resulta sorprendente que Pekín esté dispuesto a hacer pagar lo ocurrido a quien haga falta, lo que podría conllevar en este caso a una contracción a corto plazo de sus relaciones con Malasia. Los chinos probablemente también calculan que los lazos se recuperarán rápidamente, porque ellos son los fuertes en este «matrimonio». Entre los miembros de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), Malasia es el mayor socio comercial de China y fue el primero en establecer relaciones diplomáticas con la República Popular China.