Inmigración
La crisis migratoria en Lampedusa fuerza un plan de acción en la UE
Presión migratoria. Von der Leyen, junto a Meloni, anuncia desde la isla italiana un refuerzo naval y aéreo para frenar la inmigración en el Mediterráneo
Una visita relámpago y una rueda de prensa 'express' en el mismo aeropuerto para lanzar un mensaje de unidad y anunciar un plan de acción para hacer frente a la emergencia migratoria, que en parte ya fue aprobado en junio y que no está funcionando. Ese es el resumen de la misión de apenas tres horas que compartieron la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, este domingo en Lampedusa, la isla italiana epicentro del drama migratorio, desbordada tras la llegada de miles de migrantes esta semana.
“La inmigración ilegal es un desafío europeo y requiere una respuesta europea”, defendió Ursula Von der Leyen. La presidenta de la Comisión Europea anunció un plan conjunto para frenar la inmigración irregular. El programa consta de diez compromisos entre los que se encuentran la definición de corredores humanitarios legales y seguros, una actualización de la legislación europea contra el tráfico de personas y la activación de un mecanismo de solidaridad para agilizar el reparto de los migrantes entre los 27 Estados miembros.
“Nosotros debemos decidir quién entra en la UE, no los traficantes”, sostuvo la presidenta de la Comisión.
Esta última propuesta es similar a la aprobada el pasado mes de junio por la UE, pero cuyos resultados han sido más bien escasos ya que se trata de una iniciativa voluntaria y algunos países se han negado a aplicarla. Uno de los últimos en bajarse del tren de la solidaridad europea ha sido Alemania, que esta misma semana suspendió la acogida voluntaria de solicitantes de asilo procedentes de Italia ante la negativa de Roma de respetar ciertos acuerdos europeos, aunque este sábado Berlín dio marcha atrás y anunció que seguiría “cumpliendo con sus responsabilidades humanitarias”.
El Gobierno italiano reclamó mayor implicación a la UE para hacer frente a la gestión de la emergencia migratoria en Lampedusa después de que esta semana desembarcaron en la isla italiana 10.000 personas en apenas tres días. Son casi el doble de los habitantes de esta pequeña isla de apenas 20 kilómetros cuadrados, que se encuentra más próxima geográficamente al norte de África que a la península italiana. Sólo en las horas anteriores a la simbólica visita llegaron hasta el puerto alrededor de 1.000 personas.
La mayoría de las pateras que alcanzan las costas italianas parten desde Túnez, que ha sustituido a Libia como principal puerto de salida. Y eso a pesar de que en julio la UE firmó un polémico acuerdo económico con el presidente tunecino Kais Saed, similar al alcanzado con las autoridades libias, para tratar de frenar las salidas de barcazas.
La visita de Von der Leyen, que prometió aumentar la vigilancia marítima y aérea del Mediterráneo a través de las agencias europeas como Frontex y coordinar los protocolos de repatriación con los países de origen de los inmigrantes que no cumplan las condiciones para solicitar asilo en Europa, fue analizado como un éxito por el Gobierno italiano, mientras que la oposición consideró la crisis en Lampedusa como consecuencia del “fracaso” de la política del Ejecutivo liderado por Meloni, denunció la líder del Partido Demócrata, Elly Schlein.
La máxima responsable de la Comisión Europea retrasó su viaje a Nueva York este domingo para asistir a la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas después de que el viernes Meloni la invitara a visitar la isla para que “se diera cuenta de la situación personalmente”. Sin embargo, en la rueda de prensa conjunta que ofrecieron, Meloni puntualizó que no consideraba la asistencia de Von der Leyen un “acto de solidaridad”, sino de “responsabilidad”. “Lampedusa es una frontera de Italia pero también de Europa”. La líder de Hermanos Italia insistió en su estrategia de externalizar las fronteras de la UE y frenar los flujos migratorios desde los puertos de salida. “No resolveremos el problema hablando de redistribución. El único modo de afrontarlo seriamente consiste en detener las salidas ilegales”, zanjó.
Antes de comparecer ante la prensa, la presidenta de la Comisión Europea y la primera ministra italiana visitaron el centro de recepción de migrantes de la isla, que esta semana llegó a acoger hasta 7.000 personas en un mismo día, aunque evitaron interactuar con los internos. En la estructura, con capacidad para 400 migrantes, permanecen aún 1.500 personas en espera de ser trasladadas a otros centros del país.
La visita de las dos mandatarias fue recibida con escepticismo por los habitantes de la isla, que lograron bloquear el cortejo de coches oficiales y se enfrentaron con la primera ministra para exigirle “hechos y no palabras”.
“¡Gracias por la foto y la pasarela!”, gritó indignada una de las vecinas mientras el coche que transportaba a Von der Leyen y Meloni abandonaba el puerto.
Según los últimos datos del Ministerio del Interior transalpino, en 2023 llegaron a Italia a través del Mediterráneo cerca de 127.000 inmigrantes, casi el doble que en el mismo periodo del año anterior y el triple que en 2021. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que más de 2.000 personas murieron durante la travesía.
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