Atentados en Boston
«Crucé la meta 3 segundos antes de la explosión»
MARÍA JOSÉ ESTEBAN / CORREDORA DE LA MARATÓN DE BOSTON
MADRID- María José Esteban se encontraba en Boston con su marido y un grupo de amigos. Terminó la carrera unos segundos antes de las explosiones. Fue la última corredora española en cruzar la línea de meta. Su tiempo: 4 horas y 20 minutos.
–La verdad es que me escapé por muy poco. Llegué a la meta y a los pocos segundos escuché la primera explosión y acto seguido sonó la segunda. Supe que eran bombas porque miré para atrás y pude ver la seta de la explosión, llena de polvo. No sabíamos cuántas había. Hubo mucho susto porque los corredores no sabíamos a quién podía haber afectado, si a los familiares en la línea de meta... Los móviles no funcionaban. Busqué a mi marido, ya que había quedado con él en el punto de familia y no estaba allí.
–¿De qué color iba, porque seguramente se le ve en el vídeo?
–Las imágenes son de la gente que todavía no ha pasado la meta, y yo lo acababa de hacer. Los que entraron detrás de mí debieron ser muy pocos, porque yo me libré por segundos. De hecho, tengo el tiempo registrado y dio la casualidad de que he hecho mi mejor tiempo. Iba muy bien. Empecé muy fuerte y en la última milla hice el sprint final y arañando segundos. He hecho mi mejor marca. Y el ir tan bien ha sido el recurso que me ha separado de las bombas. Fue un azar.
–¿Y su marido y usted corren muchas maratones?
–Sí, Rafa ha terminado «las cinco grandes»: Berlín, Nueva York, Boston, Chicago y Londres. Y yo, Chicago, Berlín y ahora Boston. Y la de Boston, tengo que decir que tiene un recorrido maravilloso y estaba siendo un día para disfrutarla.
–¿Algún familiar fue a animarla?
–Sí, mi hermana vive en Boston y estaba en la línea de meta. Pero estaba en otra zona a la de las bombas. El problema es que yo no pude avisar a nadie porque no tenía el móvil (no corro con él) y no sabía qué pasaba.
–Pese al caos y la tragedia, las imágenes denotan calma...
–Todo digamos que estuvo muy bien dosificado. La verdad es que los corredores somos muy adultos, seguimos muy bien las instrucciones, por lo que no fue caótico. Todo el mundo mantuvo las formas aunque se notaba que mucha gente estaba a punto de romper a llorar; muchos abrazos cuando te reencontrabas con personas que no sabías si estaban bien... Eso sí, se notaba la consternación por las bombas, y yo creo que todos recordaron el 11-S.
–El cónsul español en Boston ha sido destituido «por incumplimiento de sus obligaciones». ¿Se puso en contacto con usted?
–La verdad es que cuando el lunes por la noche leí sus declaraciones en las que decía que los 91 españoles estábamos bien, me pregunté: «¿Cómo lo sabe, si a mí nadie me ha llamado?»
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