Genocidio

Darfur, Sudán: el genocidio que no aparece en el televisor

Milicias árabes asesinan a diario a miles de pobladores negros de la región de Darfur, tras resurgir las prácticas genocidas con el comienzo de la guerra civil sudanesa en abril de 2023

Sudán.- La situación humanitaria en la capital histórica de Darfur se desploma por momentos ante el asedio paramilitar
La situación humanitaria en la capital histórica de Darfur se desploma por momentos ante el asedio paramilitar.Europa Press

El de Gaza no es el único genocidio en curso. Mientras los noticieros repiten una y otra vez las imágenes de la muerte que siembran las bombas israelíes, existe un rincón del mundo que arde y se quiebra inmerso en un silencio desolador. Este es un sitio donde las mujeres, desesperadas por la falta de comida, se cuelgan de los árboles para solicitar una muerte rápida. La arena se cuela entre la ropa y los periodistas no tienen acceso (igual que ocurre en Gaza) al cuerpo de la noticia, viéndose obligados a confiar en los informes de Naciones Unidas y de diversas organizaciones dedicadas a la defensa de los derechos humanos.

El país donde ocurre este genocidio de relativa importancia para el mundo se llama Sudán, y la región concreta, Darfur. Desde que comenzó en abril de 2023 la cruenta guerra civil que asola el país por tercera vez desde su independencia, la violencia étnica que enfrenta a sudaneses árabes y negros por el control de las tierras fértiles ha recuperado el ritmo dramático que experimentó en la primera década del siglo XXI. Las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) que se enfrentan al ejército regular en diversas zonas del país, mantienen un control casi absoluto sobre Darfur, exceptuando localidades aisladas, y trabajadores humanitarios llevan meses alertando sobre la limpieza étnica que corre a cargo de milicias árabes con la colaboración necesaria de las RSF.

Ya en junio de 2023 se recogieron testimonios que narraban como “amontonaron y dispararon” a niños que procuraban escapar de la ciudad de Geneina, mientras que la ONG Human Rights Watch ha recopilado más de 200 testimonios que demuestran la puesta en marcha de una campaña de limpieza étnica organizada por las RSF y que tiene como objetivo erradicar la existencia de la etnia masalit (no árabe). Una de las primeras figuras sudanesas en levantar la voz para denunciar lo ocurrido fue Khamis Abakar, gobernador de Darfur Oeste y masalit de nacimiento; pocos días después, fue asesinado.

Hace falta recordar que las prácticas genocidas contra pobladores negros en Darfur comenzaron a principios de siglo y que hizo falta una misión conjunta de Naciones Unidas y la Unión Africana (MINUAD) que concluyó inconvenientemente en diciembre de 2020. Las estadísticas de este primer genocidio rondan entre 200.000 y los 300.000 asesinados, mientras que la incapacidad para periodistas y organizaciones de acceder a terreno impiden conocer un número exacto en la situación actual. Las buenas relaciones que sostienen las RSF con Chad (nación lindante con la región de Darfur) y Emiratos Árabes Unidos aseguran el flujo de armamento y material para los paramilitares, lo que ha llevado a Human Rights Watch a solicitar a la ONU que apruebe un embargo de armas urgente en Sudán. Algo todavía por ocurrir.

Los números que sí se tienen son espeluznantes, y marcan la mayor crisis humanitaria de la actualidad. Al menos 18 millones de personas corren el riesgo de sufrir una hambruna severa. Nueve millones de personas (cuatro millones son niños) se han visto obligadas a huir de sus hogares en la que se considera la crisis de refugiados más grave del momento. Alrededor del 80% de las instalaciones sanitarias del país no funcionan. En el campo de desplazados de Zamzam se calcula que un 30% de los niños sufren desnutrición aguda. Según una estimación de expertos de Naciones Unidas, entre 10.000 y 15.000 personas fueron asesinadas sólo en la ciudad de Geneina durante el segundo semestre de 2023. En el mes de noviembre de 2023, en un solo fin de semana, más de 800 personas fueron ejecutadas sistemáticamente por las milicias árabes en la localidad de Ardamata.

La ONU ha solicitado un presupuesto de 2.700 millones de dólares para aliviar la situación, pero a finales de abril sólo se había obtenido un 10% de la recaudación frente a los 3.500 millones de dólares de ayuda militar procurados por Estados Unidos a Israel. Y Geneina, capital de Darfur Occidental, se encuentra ubicada a 1.000 kilómetros de Yamena (capital de Chad) y a 1.500 kilómetros de Jartum (capital de Sudán), lo que vuelve sumamente difícil el acceso de ayuda humanitaria.

El silencio de la comunidad internacional ante los acontecimientos de Darfur es casi tan sorprendente como la indiferencia reflejada en las sociedades que se manifiestan a diario en favor de los palestinos, pero que no pronuncian una palabra sobre el otro genocidio, salvaje y desordenado donde sus números, que está teniendo lugar en Darfur. Esta inacción asegura que los próximos meses se intensificarán las acciones violentas contra la etnia masalit, a medida que las RSF ganan terreno al ejército regular en el marco de la guerra civil.