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Kirguistán

Defienden a tiros al expresidente de Kirguistán cuando la Policía iba a detenerle

Almazbek Atambayed se entrega durante un segundo operativo de las fuerzas de élite

Algunos de los edificios colindantes ardieron en el ataque
Algunos de los edificios colindantes ardieron en el ataquelarazon

Almazbek Atambayed se entrega durante un segundo operativo de las fuerzas de élite, que pierden a un hombre

La detención de un expresidente ha provocado una verdadera revuelta social en Kirguistán. Sooronbai Jeenbekov, el actual mandatario, ha ordenado este jueves a las Fuerzas de Seguridad que tomen las “medidas urgentes” necesarias para mantener el Estado de derecho después de los violentos enfrentamientos mantenidos la pasada noche con los partidarios de su predecesor, Almazbek Atambayev, cuando iba a ser detenido.

Las fuerzas de seguridad de élite fueron incapaces de arrestar a Atambayev -quien dice que las acusaciones de corrupción en su contra tienen motivaciones políticas- en su casa de campo en una incursión sorpresa el miércoles. El motivo: sus partidarios se reunieron en masa para defenderlo, llegando incluso a capturar a varios agentes de seguridad.

Decenas de agentes con traje de camuflaje y ayudados de un helicóptero se acercaron a la casa con la intención de detener a Atambayev en lo que se suponía que era una operación sorpresa. Pero decenas de sus partidarios, fuertemente armados, rodeaban la casa, situada en la localidad de Koi Tash, controlaban la carretera de acceso y tomaban posiciones en la finca. El resultado: los agentes fueron repelidos, uno de ellos fue asesinado y al menos una docena resultaron heridos. Tuvieron que abortar la operación después de intensos infrentamientos, en los que se usaron armas de asalto y bombas de humo, según testigos.

Atambayev, a pesar de que corre el riesgo de arresto, y sus partidarios se manifestarán esta tarde en Bishkek, tenían previsto marchar esta tarde hacia el edificio que alberga el Parlamento y la oficina del presidente, dijo a Reuters la legisladora Irina Karamushkina. “No podemos dejarlo aquí solo”, comentó por teléfono desde la casa en un pueblo cerca de Bishkek, donde Atambayev, cuya relación con el presidente se agrió después de ayudarlo a alcanzar el poder en 2017, permanece oculta. “Realizaremos una manifestación para que las autoridades no nos consideren ovejas”, dijo Atambayev, citado por el sitio web independiente de noticias kirguís Kloop.kg.

Sin embargo, no ha podido cumplir su deseo, ya que las unidades de élite de la policía han lanzado otro ataque para su captura. Después de una tensa negociación de varias horas entre las dos partes, Atambayeb ha salido escoltado de la casa.

Rakhat Sulaimanov, portavoz del Comité Estatal de Seguridad Nacional, había informado antes de que dos agentes seguían cautivos por los partidarios de Atambayev. Su unidad de élite se retiró de la aldea después de la incursión fallida, dijo. “El jefe de Estado se dirigió a los miembros del Consejo de Seguridad, subrayando la necesidad de llevar a cabo todas las acciones encaminadas a mantener el Estado de derecho, la paz y la seguridad en el país, lo que exige medidas urgentes”, dijo la oficina de Jeenbekov en un comunicado el jueves. No dio detalles de lo que implicaban estas medidas.

El Parlamento ha acusado a Atambayev de corrupción y lo despojó de inmunidad en junio. “Desafortunadamente, las autoridades no han escuchado mis llamados a actuar legalmente”, dijo Atambayev en un video.

Kirguistán, mayoritariamente musulmán, es notoriamente volátil: dos de sus presidentes consecutivos han sido depuestos por disturbios violentos en 2005 y 2010. Atambayev, que participó en ambas revueltas, ayudó a asegurar una sucesión fluida y esperaba retener la influencia poniendo al entonces aliado Jeenbekov como sucesor en 2017. Pero en cuestión de meses, Jeenbekov expulsó a los leales de Atambayev del gabinete. A fines del mes pasado, Atambayev visitó Moscú para reunirse con el presidente ruso, Vladimir Putin, pero este último expresó su apoyo a Jeenbekov en una declaración realizada después de la reunión.