Centroamérica

Detenidos en El Salvador un grupo de exguerrilleros acusados de planear un atentado en la toma de posesión de Bukele

La Policía afirma que el exdiputado del izquierdista FMLN José Santos Melara y otros siete sospechosos planeaban atentar contra gasolineras, supermercados y edificios gubernamentales

FILE - El Salvador's President Nayib Bukele delivers his inaugural address after being sworn-in at Plaza Barrios in San Salvador, El Salvador, June 1, 2019. El Salvador said on May 31, 2024, that authorities have broken up a plot to plant bombs around the country to coincide with Bukele’s second inauguration, planned for June 1, 2024. (AP Photo/Salvador Melendez File)
El presidente de El Salvador, Nayib BukeleASSOCIATED PRESSAgencia AP

La Policía Nacional Civil (PNC) de El Salvador anunció el viernes la desarticulación de un complot para colocar bombas en todo el país con motivo de la toma de posesión del sábado del presidente Nayib Bukele, reelegido en febrero con más del 84 por ciento de los votos en un proceso plagado de irregularidades. En el complot estaban implicados «veteranos» de la guerra civil que desguazó el país centroamericano entre 1980 y 1992, según las fuerzas de seguridad, que señalan a las antiguas guerrillas revolucionarias.

La Policía publicó en redes sociales una serie de imágenes de pequeños cilindros de explosivos con mechas y sacos de nitrato de amonio, e informó que el material había sido incautado en redadas, una de las cuales tuvo lugar en el antiguo bastión rebelde de Guazapa, a las afueras de la capital, San Salvador.

Según la Policía, detrás del complot está la «Brigada Insurrección Salvadoreña», una organización en la sombra financiada presuntamente por José Santos Melara, un exdiputado del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, por sus siglas), el histórico partido de izquierdas integrado por antiguos guerrilleros en el que militó en el pasado el propio Bukele. El grupo planeaba atentar, siempre según la versión policial, contra gasolineras, supermercados y edificios gubernamentales en el marco de la toma de posesión de Bukele, razón por la cual Santos Melara, líder de la asociación nacional de Veteranos de Guerra del FMLN, fue detenido junto a otros siete sospechosos, entre los que figuran otros dos exguerrilleros, Eliseo Segura y Carlos Mejía.

El Bloque de Resistencia y Rebelión Popular (BPR), la principal coalición que resiste contra la incipiente dictadura de Bukele en El Salvador, describió la detención de Melara como «arbitraria y es un acto de persecución política».

El grupo exigió su inmediata liberación a través de un comunicado en el que afirman «no reconocer» la legitimidad constitucional de Bukele y prometen iniciar «una nueva etapa de lucha» contra el mandatario, a quien critican por violar seis artículos de la Constitución de 1983 que impiden la reelección, por perseguir a sus críticos y encerrar al 1 por ciento de la población de su país en el marco de la guerra contra las pandillas, entre una extensa nómina de excesos antidemocráticos. Sin embargo, la drástica reducción de la violencia ha otorgado a Bukele unos índices de popularidad próximos al 90 por ciento, unas cifras inasequibles para cualquier líder mundial.

Los tres diputados de los dos únicos partidos opositores, la derecha tradicional de Arena y el centrista Vamos, confirmaron su ausencia en la segunda asunción de Bukele por «coherencia», en palabras la diputada Marcela Villatoro. La legisladora Claudia Ortiz, que tampoco asistirá a la cita, interpreta que hacerlo sería ir en contra del «juramento» que hizo de «cumplir y hacer cumplir la Constitución», recoge el diario La Prensa Gráfica. La Carta Magna salvadoreña prohíbe de forma expresa la reelección del presidente, pero Bukele sorteó el veto agarrándose a una sentencia y al hecho de haberse dado de baja del cargo seis meses antes de esta segunda investidura, cediendo técnicamente el poder a una sustituta temporal, Claudia Rodríguez de Guevara.

Quien sí hará acto de presencia el sábado en San Salvador será el rey Felipe VI y el presidente argentino, Javier Milei, y el mandatario guatemalteco Bernardo Arévalo.