Armas nucleares
El Proyecto A119: cuando EEUU quiso estallar una bomba atómica en la Luna
El Proyecto A119, con el que se pretendía bombardear el satélite, fue ideado para adelantar a la URSS en la carrera aeroespacial y lograr la hegemonía global
Neil Armstrong fue el primer hombre en pisar la Luna, tras la misión Apollo 11 que envió la NASA. Era 20 de julio de 1969, y Estados Unidos, así, hizo historia al convertirse en el primer país que conseguía que un ser humano lograra caminar sobre la superficie lunar. Pero, en relación con este estado y el satélite, hace unos años también estuvo cerca de completarse otro hito: el de mandar una bomba nuclear al satélite.
Esta intención tuvo lugar durante la Guerra Fría. Este periodo de tensión política entre EEUU y la Unión Soviética tuvo lugar por las diferencias entre ambos bloques tras la Segunda Guerra Mundial. Ambos países eran considerados como las máximas superpotencias, y se disputaban la hegemonía global y la influencia suprema sobre todo el planeta. Entre sus continuas disputas, que tuvieron lugar durante décadas (y que, de algún modo, continúan a día de hoy), se encontraba la carrera aeroespacial, así que Washington quiso tomar ventaja con un ambicioso proyecto, secreto en aquel entonces, que tenía como objetivo estallar una bomba nuclear en la Luna.
Así era Proyect A119, el plan de Estados Unidos para mandar una bomba nuclear a la Luna
También conocido como "Estudio sobre los vuelos científicos a la Luna", Proyect A119 tuvo lugar en 1958. El verdadero objetivo era "sacar pecho" sobre los soviéticos, demostrar la superioridad del país y lograr la hegemonía global. Y es que unos meses antes, la URSS tomó la delantera al lanzar en octubre de 1957 el primer artefacto humano en alcanzar el espacio y orbitar el planeta. Fue así como EE UU, para contrarrestar, lanzó Explorer I (primer satélite artificial puesto en órbita) y creó la NASA.
Entre sus primeras iniciativas, se encontró este programa que consistió en hacer detonar una bomba atómica en territorio lunar. Algo similar a lo que sucedió en la ciudad japonesa de Hiroshima. Se creía que, así, se lograría iluminar como el Sol a la Luna, y mediante este efecto propagandístico, recuperar la moral del pueblo estadounidense. También, tal y como explica The Guardian, pensaban que la Luna podía acoger vida microbiana, así que un experimento de semejante calibre ayudaría a comprobarlo.
"Mostrar superioridad era el objetivo principal. La Fuerza Aérea quería una nube en forma de hongo tan grande que fuera visible desde la Tierra. Obviamente, la explosión sería en el lado oscuro de la Luna y la teoría era que si la bomba explosionaba en el borde, la nube en forma de hongo sería iluminada por el Sol”, reconocía Leonard Reiffel, físico y al frente del proyecto, en una entrevista concedida a The Observer en el año 2000.
Entre mayo de 1958 y enero de 1959, Reiffel elaboró ocho informes sobre el plan. Ideas para llevarlo a cabo y, conforme se iban presentando, intentaban convencer al Gobierno de Estados Unidos. Nunca lo hizo, en parte, por temor de que la prueba fallase y la bomba acabase impactando en suelo soviético. También se pensó que Moscú podría lanzar una contraofensiva y llevar una cabeza nuclear a la Luna. En cualquier caso, la teoría no era viable para el Congreso estadounidense, y el proyecto fue finalmente destruido en 1987.
"Dejé claro que la destrucción de un entorno lunar prístino tendría un costo científico enorme, pero la Fuerza Aérea de los Estados Unidos estaba preocupada por cómo se desarrollaría la explosión nuclear en la Tierra”, aseguró Reiffel en su entrevista con The Observer.
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