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Unión Europea

Día uno del "No Brexit": "Estamos hartos del caos"

Reino Unido atraviesa por su mayor crisis institucional sin una respuesta a la vista y provoca la alarma entre la gente.

Un pro brexiter camina ayer por las calles soleadas de Londres en el día en el que se tendría que haber hecho efectivo el divorcio de la Unión Europea
Un pro brexiter camina ayer por las calles soleadas de Londres en el día en el que se tendría que haber hecho efectivo el divorcio de la Unión Europealarazon

Reino Unido atraviesa por su mayor crisis institucional sin una respuesta a la vista y provoca la alarma entre la gente.

- El 30 de marzo podría haber marcado un hito en la historia reciente de Reino Unido y por ende de Europa. El día de la independencia de la UE; el momento que haría grande de nuevo a Reino Unido para un 52% de la población, pero pequeña para el 48% restante. El día que Reino Unido tenía previsto salir de la Unión Europea no pasó absolutamente nada, excepto que, de forma insólita, amaneció soleado. Las primeras sandalias salieron a relucir, y los parques y las terrazas se llenaron. Nada cambió porque desde hace casi tres años el Brexit forma parte de la cotidianidad de los británicos; su vida continúa igual, aunque están agotados. «Hace tres años nos despertamos con el resultado del referéndum; no lo podíamos creer. Hoy ha llegado el día que tanto temíamos, y nos sentimos igual de desconcertados que aquella mañana, pero con un añadido: estamos cansados y hartos de este desastre», indica Judy Bennet, mientras desayuna en una terraza con su familia. Todos asienten. «Como familia estamos muy unidos en torno a este tema», dice su hija Laura. Richard, su padre, interviene con el semblante más serio. «Estoy muy preocupado por el futuro de este país», dice. «Sobre todo por quién va reemplazar, a Theresa May [la primera ministra británica], si se trata de un “brexitero duro” –de ese grupo de diputados euroescépticos que se apodan los espartanos– tenemos un serio problema».

La tercera derrota del acuerdo de salida de May por un margen de 58 votos ha dejado la salida, de nuevo, en un punto muerto con una fecha límite: el 12 de abril. El único trato posible ya no es válido; y aunque May apunta a que lo intentará una cuarta vez, tiene todas las de perder. Las opciones posibles ahora son un Brexit salvaje o una prórroga larga que implicaría la participación de Reino Unido en las elecciones europeas. Londres tiene hasta el próximo 12 de abril para comunicar a Bruselas su Plan B. Pero ninguna opción reconforta a los ciudadanos. De hecho, según una reciente encuesta sólo un 7% cree que la salida de la Unión se está gestionado de forma adecuada.

«Nosotras votamos “leave” y ya deberíamos estar fuera sin ningún tipo de trato», se queja Mary Harris, sentada unas mesas más allá, en un marcado acento escocés. Sus opiniones pueden parecer en las antípodas de la familia Bennet pero acaban de forma similar cuando se le pide un nombre para solucionar el embrollo. «Los políticos no son capaces de arreglarlo, deberíamos echarlos a todos y hacer una revolución», asegura. «No han cumplido, no confío en ninguno de ellos... Nos han traicionado y todo el sistema es corrupto», asevera, mientras su amiga repite en varias ocasiones, ¡Son unos mentirosos!».

Mary apoyó la manifestación del viernes liderada por Nigel Farage, en la que miles de personas se concentraron en el Parlamento para protestar por el retraso en la consecución del Brexit.

En el parque contiguo, un grupo de chavales se sientan en el césped; parecen relajados, abren unas sidras y se lían un cigarrillo. Pero cuando se nombra la palabra mágica, la conversación adquiere un tono un tanto dramático. «Hoy es un día triste, y estoy aterrorizado por lo que pueda ocurrir el 12 de abril, pero entiendo que si la Unión Europea nos da la espalda, tienen otros muchos problemas de los que preocuparse antes que este Brexit inexistente», dice Alex de 23 años. Y va más allá: «Yo me siento mucho más representado por Juncker o por Tusk.... Ellos miran más por nosotros que nuestros dirigentes, que nos han fallado».

Su amigo Karen interviene: «Estoy frustrado y muy enfadado, el Brexit es una broma y deberían revocar el artículo 50», asegura. «En estos tres años se podrían haber discutido otros problemas como las muertes por arma blanca, los recortes en educación, o el cambio climático... y no se están debatiendo, solo importa esta pantomima, basada desde el minuto uno en mentiras, y en una voluntad del pueblo inexistente; a la gente ya no le importa». Para él ya no se trata de Europa, «se trata del ego de las élites, se trata de la supervivencia», lamenta.

Las alternativas

1. Brexit a las bravas Si Londres no presenta un plan alternativo antes del 12-A a las 23:00h, saldrá de la UE sin acuerdo de divorcio. Algo que la mayoría de políticos y economistas vaticinan como desastre absoluto.

2. Retrasar el Brexit Podría ser durante dos meses o una prórroga más larga que obligaría a participar en las elecciones europeas. Una opción no muy bien recibida entre los partidarios de la ruptura definitiva con Europa.

3. Un Brexit blando Exige permanecer en una unión aduanera con la UE después de la salida del bloque y resolvería los problemas de la frontera con Irlanda del Norte. Es la opción que tiene más apoyo en el Parlamento.

4. Un adelanto electoral La opción por la que ahora lucha la oposición laborista. Unos comicios que estaban previstos para 2022 a los que May ya renunció. El problema es que Corbyn tampoco tiene una salida al bloqueo.

5. Segundo referéndum No es una opción popular, a pesar de haber movilizado a un millón de personas en Londres, por lo que nadie la descarta del todo. Parte de la oposición lo apoya, además de algunos conservadores.