Ataque contra «Charlie Hebdo»

Dieudonné se enfrenta a siete años de prisión

El cómico francés Dieudonné M’Bala, a su llegada ayer al Tribunal de Justicia de París, donde arrancó el juicio
El cómico francés Dieudonné M’Bala, a su llegada ayer al Tribunal de Justicia de París, donde arrancó el juiciolarazon

El cómico francés declara ante el juez por apología del terrorismo tras el 7-E.

Dieudonné fue juzgado ayer por apología de actos de terrorismo, un delito que puede costarle hasta siete años de prisión y 100.000 euros de multa. El humorista dijo durante la audiencia que era un incomprendido y que por supuesto él condenaba «sin ninguna ambigüedad» los atentados que sufrió París entre el 7 y el 9 de enero, que se saldaron con la muerte de 17 personas. Pero tuvo que explicar por qué entonces, el 11 de enero, el día en el que varios millones de personas salieron a la calle para condenar los atentados contra el semanario «Charlie Hebdo», una policía municipal en Montrouge y un supermercado kosher, él decidió colgar un comentario en Facebook reclamándose «Charlie Coulibaly».

La mayoría de los manifestantes que salieron a la calle aquel día llevaban un cartel en el que se leía «Je suis Charlie» para defender la libertad de expresión, y Dieudonné decidió travestir el lema añadiendo el apellido de uno de los terroristas, Amedy Coulibaly, el hombre que mató a cuatro personas de confesión judía y una policía municipal, y escribió «Je me sens Charlie Coulibaly».

Dieudonné conoce bien el Palacio de Justicia, pues ha sido acusado en numerosas ocasiones de injuria o provocación al odio racial, pero ayer estaba en una sala especial, ni siquiera comparecía entre el tribunal correccional que juzga los delitos de apología del terrorismo, él fue directamente presentado ante la sala especializada en los delitos de terrorismo.

El humorista explicó a la juez que la frase por la que le habían incriminado, y que él mismo retiró rápidamente de su perfil de Facebook, pretendía ser «una expresión que estaba en gestación en [su] búsqueda de la paz», y aseguró que su intención no era dañar a las familias de las víctimas. Dijo que uno de los dibujantes asesinados, Tignous, con el que había escrito un libro, «era un amigo» y que, personalmente, sintió «mucha emoción aquel día». Hasta el punto de que había querido participar en la marcha republicana en París, y pidió una autorización al Ministerio del Interior, pero no obtuvo respuesta. «Me sentí excluido», «tratado como un terrorista» en su propio país.

Cuando el juez intentó que le explicara por qué había decidido jugar con el nombre del terrorista y el lema de la manifestación, Dieudonné contestó que había elegido el apellido de Coulibaly, y no el de los hermanos Kouachi, que fueron los que atentaron contra «Charlie Hebdo», porque la primera víctima de Coulibaly era la única víctima negra de los atentados (era de Martinica) y se parecía como dos gotas de agua a su hija. Para la parte civil, formada por cinco asociaciones de víctimas del terrorismo y del antisemitismo, ésta era una muestra clara de que el acusado apoyaba «el terrorismo antisemita». En la misma línea, el fiscal denunció que la declaración de Dieudonné era una «frase voluntariamente ambigua», y que no se podía olvidar que ya había sido condenado en el pasado en siete ocasiones por injuria o provocación antisemita. Definió al cómico como un «multirreincidente del abuso de la libertad de expresión».

El acusado intentó dar unas lecciones de lenguaje asegurando que cuando se dice « Yo me siento» («Je me sens») es cuestión de un «sentimiento personal», de un «sentimiento íntimo y profundo», que no hace más referencia que a su autor. De ahí que sea difícil poder calificarlo de apología del terrorismo. Unas explicaciones que no parecieron convencer al fiscal, que pidió contra él una multa de 30.000 euros. La sentencia se conocerá el 18 de marzo.