Hong Kong
Dior cancela un desfile en Hong Kong mientras el territorio trata de enterrar el legado de las protestas prodemocráticas
El evento de la marca de lujo en el antiguo aeropuerto de Kai Tak iba a formar parte de un programa para «infundir orgullo» a los residentes
La firma de moda francesa Christian Dior ha cancelado un desfile que tenía previsto en Hong Kong para presentar su colección masculina de otoño, diseñada por el director artístico Kim Jones. El evento, que debía celebrarse el próximo 23 de marzo en el antiguo aeropuerto Kai Tak, fue «aplazado indefinidamente» la pasada semana. «Acabamos de recibir la notificación del organizador de que el evento será aplazado», declaró un portavoz del Ejecutivo hongkonés a la agencia Reuters. «Los aplazamientos de eventos a gran escala ocurren a menudo. Seguimos dando la bienvenida a la celebración de eventos a gran escala en Hong Kong», señaló esta misma fuente.
Sin embargo, la forma en que Dior ha cambiado de planes refleja la pérdida de confianza de la marca de lujo con respecto de las autoridades de Hong Kong, controladas desde Pekín después de un lustro marcado por la inestabilidad política y la pandemia de Covid-19. Dior ni siquiera explicó los motivos del aplazamiento ni fijó una nueva fecha. Por eso, la decisión ha sido interpretada por muchos como un nuevo revés para Hong Kong en un momento delicado en que el territorio busca recuperar su fama como destino turístico y de negocios.
La represión de las protestas prodemocráticas y la detención de activistas a raíz del establecimiento en 2021 de la Ley de Seguridad Nacional, sumado a las dificultades económicas que atraviesa China, están lastrando sus esfuerzos. «¿Por qué un retraso en un momento tan crítico?», declaró Doreen Kong, política hongkonesa, al diario South China Morning Post sobre el retraso del desfile de Dior. «La falta de una explicación no es buena para Hong Kong. Es como si engañaran a Hong Kong. Esto generará mucha especulación. Si Hong Kong quiere ser un centro de macroeventos, pero todos se posponen o las estrellas no hacen acto de presencia, ¿quién visitará Hong Kong para asistir a sus eventos? Sería muy incierto para los turistas».
Tampoco sería la primera vez que Dior tuviera problemas con Pekín. En 2023, una campaña de la marca francesa desató acusaciones de racismo en el interior de China después de que una modelo se echara hacia atrás el ojo izquierdo con los dedos, lo que se interpretó como una «pose de ojo rasgado».
El diario oficialista Global Times cargó contra la marca de lujo en un editorial. «Si Dior respeta de verdad el mercado asiático, debería tener el respeto y la humildad básicos, en lugar de intentar capear las crisis publicitarias fingiendo que no lo sabía. Semejante actitud acabará causando un daño irreparable a su reputación». El diario esperaba que Dior pudiera «afrontar el error y ofrecer una disculpa sincera y una respuesta a la sociedad asiática y dar algunas explicaciones claras sobre cómo evitaría errores similares en el futuro».
Un año antes, otra fotografía comercial distribuida por la propia marca en la que aparecía una mujer asiática maquillada con un bolso Dior generó un alud de críticas en redes sociales. Los críticos dijeron entonces que la mujer tenía unos «ojos espeluznantes» y un «rostro sombrío». La fotógrafa Chen Man, de nacionalidad china, tuvo que disculparse por su «falta de consideración», y Dior retiró la foto y aseguró que siempre había respetado los sentimientos del pueblo chino.
La marca ya había sido señalada tiempo atrás por «apropiación cultural» cuando presentó una falda y afirmó que era una creación original a pesar de que se parecía a un diseño tradicional chino. Un desfile similar al de Dior se celebró finalmente en noviembre con otra compañía de moda de lujo francesa, Louis Vuitton. La marca organizó entonces un desfile similar para 1.000 invitados que el Gobierno de Hong Kong había presentado como uno de los 80 macroeventos destinados a infundir «alegría y orgullo» a los hongkoneses.
Polémica con Leo Messi
Este mes ya salió mal otro acontecimiento esperado en Hong Kong, quizá el más esperado de todos: un partido amistoso del Inter de Miami, el equipo de fútbol propiedad de David Beckham en el que juega Leo Messi. El caso es que el astro argentino no pudo ser de la partida en el encuentro amistoso por una lesión. Y los aficionados, que habían pagado hasta 4.880 dólares, unos 574 euros al cambio, para ver a Messi, la gran atracción del equipo, acabaron abucheando al club de Florida y al propio Beckham.
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